Es un hecho obvio que las series de televisión son historias. Muchas que logran obtener un final, otras que no logran llegar un desenlace por ser canceladas, y luego están con las que el público se conecta tanto que se convierten en parte de las pantallas. Aquellas que logran crecer, no solo en temporadas, sino de la cual se van desprendiendo otras historias, conectadas al mismo universo narrativo, y estas, a su vez, crean a toda una legión de fieles seguidores.
Un ejemplo claro de esto es la serie detectivesca La ley y el orden (1990), de la cual se desprenden cinco spin-off, siendo el más popular (algunos se atreverían a decir que incluso más que la original), la serie La ley y el orden: UVE (Unidad de Víctimas Especiales). Justo esta serie de culto, estrenó recientemente su episodio 550, el cual fue dirigido por el director argentino de cine Juan José Campanella, conocido por su película ganadora del Oscar (2010), El secreto de sus ojos (2009).
La Prensa pudo conversar con Campanella sobre su participación en la serie, ya que se ha encargado de dirigir varios episodios, y su visión de cómo la serie ha logrado mantenerse en vigencia a lo largo de 25 temporadas ininterrumpidas, encabezadas por la actriz Mariska Hargitay en el papel de la detective Olivia Benson.
¿Cómo logra una serie, como ‘La ley y el orden: UVE’, seguir impactando a la audiencia cada año?
Mirá, una serie de televisión es un trabajo en equipo, en donde influyen mucho, muchísimo, los guionistas y el showrunner, especialmente. Si hay una renovación en la serie, es porque periódicamente, cambia de showrunner, que le agrega su propio elemento, su propio sabor.
Nosotros desde la dirección, junto con Norberto Barba, quien es el director productor, medio como que al principio de año hablamos y decimos, ‘a ver, ¿cómo vamos a encarar el estilo este año?’ De tal manera que agregue cierta cosa nueva, pero que no sea un cambio abrupto. O sea, es muy importante en la serie lograr una combinación de frescura y familiaridad, ¿viste? Es como en una relación de largo plazo. Hay que mantenerla viva, pero tampoco uno quiere que cambie, queremos que siga siendo la persona de la que uno se enamoró.
Así que justamente estos son los cambios incrementales, te diría, que habría que hacer, los ajustes que hay que hacer, al principio de cada temporada. Y bueno, al final hay un cierto punto que es pensado, trabajado, elaborado entre varios. Y hay otro cierto trecho que es instintivo y tiene que ver con la sensibilidad de cada uno. Y eso ya es inexplicable y no te lo podría explicar, porque ni yo lo entiendo.
¿Hay un consenso antes de cada temporada para hablar sobre ella, junto con todos los directores, los showrunner, los guionistas, para saber qué línea iban a tomar?
Mirá, sí, hay charlas informales, te diría. Porque lo bueno de trabajar también con un equipo que viene juntos hace muchos años es que no tenemos que hacer una reunión formal de directorio para decir los cambios, sino que son charlas informales. Es el rol del director productor, que, como te digo, desde hace unos años es Norberto Barba, en La Ley del orden, de hablar con los directores para decir, a ver, este año probemos tal cosa. Ahí hicimos estos cambios en el decorado, etcétera, etcétera. Cosas así estilísticas.
¿Qué tantas libertades como director le dan para que usted impregne esa parte suya en los episodios que le corresponden?
Dentro de cada capítulo uno llega, le dan el guión, y ya desde el primer día hay que leerlo, decodificarlo, y dar la opinión, y las notas. Y en esos ocho días que hay antes de empezar a filmar, hay una comunicación con los autores, en los que hay correcciones en el guion.
Entonces, hay una muy buena comunicación entre los autores y el director, como para que el director tenga la oportunidad de poner un poquito de su sensibilidad, también.
¿Y cómo es la comunicación con los actores?
Los actores, bueno, los actores en este caso son bárbaros, ahí sí que ya la taquigrafía que se desarrolla a lo largo de los años es muy importante. Nosotros a veces damos direcciones en serio en forma de chiste, que ya se ha convertido en chiste, y es muy buena en este caso porque son recontra profesionales.
Al ser una serie que trata temas tan delicados, ¿cómo es el ambiente laboral dentro del set?
Todos, todos los actores son de muy buen humor. Hay un clima de trabajo en La Ley del orden que es de reírse mucho en el set. Te parecerá mentira, pero por la temática que trata, uno pensará que estamos todos ensombrecidos, pero la verdad es que hay mucho humor. Por ejemplo, Mariska Hargitay, es muy graciosa. Peter Scanavino, que hace de Carisi, yo creo que él quería ser payaso en realidad, de la comedia del arte, un bufón; porque es una persona muy graciosa siendo ese personaje tan serio, es una cosa que no podés creer.
Hay un clima muy bueno, muy de trabajo, se escucha mucho.
¿Qué tanto influye el director en el trabajo de los actores?
Vos pensá que el actor de televisión no tuvo mucho tiempo, está filmando constantemente y no tuvo mucho tiempo de analizar el guion, entonces depende mucho del director, que lo ubiquen, dónde está en el capítulo, qué tono, qué hacer. Por ahí su elección primera y rápida no es la mejor, el director lo estuvo pensando más tiempo. Pero, hay muy buen trabajo con los actores.
¿Cómo hacen para tratar estas temáticas tan fuertes, porque son situaciones reales. Y aún así mantener ese buen espíritu?.
Bueno, esto ocurre en todos los trabajos y a todo nivel, cuando uno trata con temas escabrosos, tiene el profesional de eso, el psicólogo, el médico de terapia intensiva, tiene que aprender a poner una pared, porque si cada caso lo va a tomar como si fuera el de su hijo, realmente se vuelve loco. Entonces hay una pared. Yo creo que quizás el humor que hay en el set de La Ley y el orden es justamente esa herramienta que tenemos para enchufarnos cuando se dice acción, o en el ensayo, ya uno se empieza a concentrar y poder concentrarse a hacer eso y salir, porque si no, hace 25 años que Mariska Hargitay está viendo gente siendo asesinada, imagínate que si se lo tomara real, estaría ya en un loquero, no podría vivir.
¿Nos puede adelantar algo sobre la temporada nueva que viene?
No. No, porque no lo sé (ríe). No lo sé, yo empiezo a trabajar en agosto y me enteraré ahí.
