Aunque puedan parecer similares, las sirenas que emiten los vehículos de emergencia no suenan igual en todos los casos, y esta diferencia responde a razones técnicas y operativas.
Lejos de ser un simple detalle, el tipo de sonido y su intensidad cumplen una función en la respuesta oportuna ante emergencias.
El capitán Daniel Reyes, del Departamento de Comunicaciones del Cuerpo de Bomberos, explicó que los carros de bomberos utilizan sirenas y luces de alta potencia, mayoritariamente de fabricación estadounidense, debido a su durabilidad y a la intensidad del sonido que generan. Esto permite que sean audibles incluso a larga distancia o en condiciones de tráfico denso.

Las sirenas están diseñadas para adaptarse a distintos escenarios. Por ejemplo, al aproximarse a intersecciones o semáforos, los conductores de las unidades combinan la sirena con el claxon del vehículo, a fin de maximizar la alerta hacia los demás conductores y facilitar el paso seguro de la unidad.
En contraste, existen sirenas de menor potencia, comúnmente de origen asiático, que suelen instalarse en vehículos administrativos o de apoyo, y no en aquellos destinados a la atención directa de emergencias.
Estos dispositivos no cuentan con la potencia acústica necesaria para garantizar que su sonido sea percibido a tiempo en entornos ruidosos o congestionados.