Científico panameño participa en creación del primer sensor que analiza la piel sin tocarla

Científico panameño participa en creación del primer sensor que analiza la piel sin tocarla
Con tan solo dos centímetros de largo y un centímetro y medio de ancho, el dispositivo consta de una cámara, un conjunto de sensores, una válvula programable, un circuito electrónico y una pequeña batería recargable. Cortesía


Un equipo de científicos de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, ha desarrollado el primer dispositivo portátil capaz de medir los gases emitidos y absorbidos por la piel, un avance que podría revolucionar el monitoreo de la salud dérmica en tiempo real.

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Guillermo Ameer, el panameño nombrado como ‘Investigador del Saber 2022′Guillermo Ameer, científico panameño en la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos

Entre los líderes del proyecto se encuentra el ingeniero biomédico panameño Guillermo Ameer, quien destacó el potencial transformador de esta tecnología, especialmente para poblaciones vulnerables.

El dispositivo, del tamaño aproximado de una moneda, puede detectar vapor de agua, dióxido de carbono (CO₂) y compuestos orgánicos volátiles (COV), sin necesidad de tocar directamente la piel. Esto permite evaluar con precisión heridas, infecciones, hidratación y exposición a químicos ambientales, incluso en pacientes con piel frágil, como recién nacidos, adultos mayores o personas con diabetes.

“Lo mejor de nuestro dispositivo es que encontramos una forma completamente novedosa de evaluar el estado de la piel delicada sin tener que entrar en contacto con heridas, úlceras o abrasiones. Este dispositivo es el primer gran paso hacia la medición de los cambios en los gases y su correlación con el estado de la piel”, explicó Ameer, codirector del estudio y director del Centro de Ingeniería Regenerativa Avanzada en Northwestern.

Científico panameño participa en creación del primer sensor que analiza la piel sin tocarla
El científico panameño Guillermo Ameer ha desarrollado varios dispositivos al servicio de la salud. Cortesía

La investigación fue publicada en la revista científica Nature y representa, según sus autores, una evolución natural de tecnologías anteriores enfocadas en el análisis del sudor. A diferencia de estas, el nuevo dispositivo funciona de forma continua y pasiva, sin requerir estimulación externa.

El sudor era útil, pero necesitaba que el usuario estuviera en un ambiente cálido o tomara medicamentos. Ahora, con este nuevo enfoque, capturamos sustancias que emanan naturalmente de la piel todo el tiempo”, señaló John A. Rogers, de Northwestern.

¿Cómo funciona?

El sensor se coloca a pocos milímetros de la piel y crea una pequeña cámara cerrada. Una válvula automática regula la entrada y salida de aire, permitiendo al dispositivo establecer una medición base y luego analizar los cambios en los gases atrapados. A través de Bluetooth, los datos se transmiten a un teléfono o tableta, permitiendo el seguimiento en tiempo real por parte del personal médico o incluso por el propio paciente en casa.

“Contar con un dispositivo que mida la pérdida de agua sin interrumpir el sueño del paciente y de forma remota es un gran avance”, afirmó la dermatóloga Amy Paller, quien es parte del estudio.

Además de su utilidad clínica inmediata, el dispositivo tiene aplicaciones potenciales en la evaluación de lociones, cremas y repelentes de insectos. Dado que los mosquitos se sienten atraídos por el CO₂ y ciertos COV emitidos por la piel, este sensor podría incluso ayudar a desarrollar productos más eficaces para evitar sus picaduras.

Prevención, monitoreo y decisiones más rápidas

Ameer subrayó que esta herramienta puede ayudar a detectar infecciones de forma más temprana, evitando el uso indiscriminado de antibióticos. “Recetar antibióticos sin certeza puede generar resistencia. Nuestro dispositivo ayuda a tomar decisiones más informadas, al primer signo de infección”, apuntó.

Esto es especialmente importante para pacientes con úlceras diabéticas, cuya curación suele ser lenta y complicada. Ameer ya ha trabajado anteriormente en vendajes electrónicos y geles antioxidantes para tratar este tipo de heridas. Esta nueva innovación se suma a su historial de contribuciones para mejorar la calidad de vida de pacientes con afecciones crónicas.

El equipo de Northwestern planea mejorar aún más el dispositivo, incluyendo sensores para monitorear pH y otros marcadores químicos que podrían indicar fallos orgánicos tempranos o enfermedades inflamatorias.

“Este dispositivo portátil no solo mide gases: abre una nueva puerta hacia la medicina personalizada, basada en datos continuos, no invasivos y en tiempo real”, concluyó Rogers.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, el Instituto Querrey-Simpson de Bioelectrónica y el Centro de Ingeniería Regenerativa Avanzada.

Otros trabajos de Ameer

Ameer, quien es profesor de ingeniería biomédica en la Universidad Northwestern, en Chicago, Estados Unidos, creó el primer dispositivo médico ortopédico para uso en cirugías de rodilla y tobillo, capaz de regenerar el tejido y desaparecer con el tiempo del cuerpo.

Además, junto a su equipo de trabajo también creó en 2018 un vendaje regenerativo para heridas en pacientes diabéticos, cuatro veces más rápido que el tradicional.

Estudió en el Instituto Panamericano y residía en el corregimiento de Betania. Luego viajó a continuar sus estudios e ingresó a la Universidad de Texas, en Austin, donde estudió licenciatura en ingeniería química.

Posteriormente, cursó un doctorado en ingeniería química y biomédica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge.

Actualmente, trabaja como profesor de ingeniería biomédica y director del el Centro de Ingeniería Regenerativa Avanzada (CARE), en la Universidad Northwestern.



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