Política

‘Urgencias parece un purgatorio’

MÉDICO Un médico del Seguro Social cuenta cómo sufre con los pacientes y la impotencia que da no tener cómo ayudarlos. Archivo (Jacob Wackerhausen/Getty Images)

Un médico del Seguro Social cuenta cómo sufre con los pacientes y la impotencia que da no tener cómo ayudarlos. Lo hace de manera anónima porque no puede perder su trabajo, como ya le ha pasado a otros colegas.

Usted trabaja en el Complejo del Seguro Social. ¿Qué se ve a diario en ese hospital?

Me parte el corazón ver a los pacientes hacinados, con baños sucios, seis en un cuarto… y la Ciudad de la Salud allá, bonita, con 800 camas sin usar, con 160 camas de intensivos sin usar, el área de recibo de pacientes críticos sin usar… Lo demás está vacío. Los cuartos son espectaculares, casi como si fuera un hospital privado, pero vacíos. Eso es terrible. Y se dan el tupé de no recibir pacientes después de las 3:00 p.m.

¿Por qué?

Porque así funcionan. Hemos tenido pacientes infartados, diagnosticados en la policlínica. Llamamos a la Ciudad de la Salud porque allá es que están los cardiólogos, y así nos responden. Entonces toca recibirlos en el Complejo, y lidiar con la urgencia.

¿En la Ciudad de la Salud no hay cuarto de urgencias?

Sí, pero no lo han habilitado. La mentalidad de ellos es no atender urgencias. Solo recibir pacientes de alta complejidad, pero que, gerencialmente hablando, aplican para hospitales chicos de 200 camas, no este monstruo que tiene mil 300 camas.

¿Y los cardiólogos están todos allá, no?

Sí. Por “orden administrativa” se fueron unos, pero la mitad renunció. Así que volvemos a llamar y entonces nos autorizan a trasladarlo. Infartado. Así es todo, porque la norma dice que todo tiene que ir primero al Complejo y después a la Ciudad de la Salud. El Complejo filtra. ¿A quién se le ocurrió? Eso no tiene ni pies ni cabeza. Si ya hicieron el diagnóstico en la policlínica, recibe al paciente. Muchas veces el paciente no puede esperar.

¿Y en cuanto a las cirugías en la Ciudad de la Salud?

Nosotros en el Complejo antes teníamos 20 quirófanos y teníamos personal para 20 quirófanos. Por eso podíamos funcionar. Pero al momento que lo dividimos, tuvimos que cerrar 10 para que se fueran los equipos para tener, en teoría, 10 quirófanos allá.

¿Y cuántos de esos 10 funcionan allá?

Ocho. Y el hospital de especialidades quirúrgicas de la Ciudad de la Salud tiene 25 quirófanos, pero se usan cinco. Está solo el 20% del hospital en uso, pero el aire acondicionado está prendido en el 100%. Se dan tanto tupé que operan a los pacientes, se les complican… ¿y adivina dónde terminan esos pacientes? En el Complejo. El Complejo es el que saca la cara y el que les ha sacado la pestaña del fuego. Y te digo: si el Complejo hubiese colapsado, el sistema de salud hubiese colapsado, porque la Ciudad de la Salud es un hospital vacío e inoperante.

¿Y qué les dicen los administrativos?

Nos vienen a los del Complejo con que tenemos mucho retraso en la atención del paciente.

¿Cuánto demora la atención en Urgencias del Complejo?

Paciente que llega vía cuarto de urgencias se demora dos días. Y si hay que operarlo, una vez que el área de cirugía se entera, se demora más o menos otros dos días en resolverlo. Esa es más o menos la tasa de resolución.

¿Y qué pasa con las cirugías electivas?

Eso no se ha podido arrancar, porque no hay insumos ni espacio. Las urgencias nos tienen saturadísimo el programa de cirugía.

¿Y qué contesta Lau a eso?

Dice “bueno, vamos a resolver la cirugía electiva en la Ciudad de la Salud”. Y le dio órdenes a los cirujanos para que resolvieran eso allá. Pero ellos respondieron que no. Y no pasó más nada.

¿Cómo es un día habitual para los médicos en el Complejo?

No me voy lejos. El jueves se dañó el aire acondicionado de tres de los quirófanos que funcionaban en el Complejo. El viernes amanecimos sin calderas, que se necesitan para esterilizar los insumos. Amanecimos sin lavandería, que se necesita para poder lavar la ropa que vamos a usar los médicos o que se está usando en la cirugía. Por ende, las bandejas amanecieron sucias, por lo que no pudimos operar. ¿Qué es más frustrante que eso? Y adivina quién le tiene que dar la cara al paciente… Nosotros, no la administración. ¿Qué le digo al paciente? Ah, no se puede operar. ¿Qué va a decir el paciente? Ah, es por culpa suya que no se puede operar. Entonces, viene el conflicto. O sea, viene el choque, porque nosotros damos la cara de algo de lo que no somos responsables.

¿Qué insumos les faltan en Urgencias y en los quirófanos?

No tenemos hilo para coser, literal. Catéteres, alcohol... La canción de Juan Luis Guerra aplica a cabalidad.

¿Es cierto que no hay gases arteriales ni laboratorios?

Sí, porque Lau decidió quitarle los contratos a las empresas que les daban mantenimiento a los equipos, entonces ahora que el mantenimiento lo tiene que dar la Caja. Adivina: se dañaron las máquinas.

Usted tiene más de 30 años como médico. ¿Cómo califica la administración de Lau?

Esta es la peor administración del Seguro que ha habido. La Ciudad de la Salud es un poema al narcisismo. Una oda a la egolatría. “Nosotros somos superiores a los que están en el Complejo”: eso es lo que quieren vender, cuando el Complejo es el único hospital funcional en el perímetro. Es el hospital que está dando la cara por la institución, a pesar de todas las críticas y los enredos.

¿Les interesan los pacientes?

No, a ellos nunca les ha preocupado los pacientes. A ellos les preocupa tomarse las fotos. Son los egos de la mediocridad, que necesitan exaltación, valoración, autoproclamación y todos los premios. Que no pueden vivir sin que los adulen porque esa es la única manera de que pueden caminar por la vida felices. Porque el paciente no es su centro.

¿Se refiere a los médicos o a los políticos?

A mí no me molestara tanto que eso lo hiciera un político, porque a los políticos las neuronas no les dan para mucha vaina, pero los médicos que se prestaron para este mamotreto diario no tienen perdón de Dios. No sé si fue el encierro, las ansias de poder, las ansias de dinero. No sé, pero no tienen perdón de Dios. Y se les advirtió. Se les dijo que no podíamos tener dos casas de tal magnitud, porque iba a pasar lo que estamos viviendo hoy día: que los dos hospitales se iban a quedar sin recursos, porque no fue que aumentamos el recurso, sino que el que había para mantener el Complejo lo dividieron. Es una cosa absurda. Pero el director dijo que él no quería la basura del Complejo en su hospital nuevo, y que quería que todo fuera nuevo, incluyendo el personal.

¿Y les toca pelearle el presupuesto a la dirección?

Así es, porque Lau nada más tiene ojos para Ciudad de la Salud, que no resuelve, y a nosotros nos tienen en el olvido. Dividimos el personal y nos quedamos sin presupuesto. Pero sigue llegando la misma cantidad de pacientes y más. Aquí nos dan pupú y lo convertimos en abono.

¿Los pacientes son agradecidos con ustedes?

Yo no quiero que nadie me agradezca nada, porque ese es mi trabajo. Para eso estudié. No es que quiero que me manden una carta de agradecimiento, pero no nos ataquen de la manera que nos están atacando. Todo el mundo se ha confabulado para atacar el único hospital funcional del Seguro.

¿El personal está frustrado?

Sí, y eso va a reventar en algún momento. La presión de la gente afuera, la presión de la gente adentro, saber que no tienes con qué trabajar y saber que necesitas trabajar. Toda esta locura, toda esta improvisación, ha costado vidas, ha costado salud mental de la gente. Los funcionarios estamos cansados. Y la forma en que nos agreden es terrible.

¿Cuál es su opinión de lo que le pasó al doctor Iván Sierra?

Ese es el mejor ejemplo de lo que ocurre en el sistema de salud pública. Alguien compra los medicamentos e insumos de mala calidad, firma el papel de criterio técnico a cambio de una comida o un viaje… y el médico queda condenado. No es que a mí me sobre la plata: no me sobra. Yo soy pobre, tengo que trabajar igual que los demás. Pero yo soy un pobre al que le gusta caminar con la cabeza en alto y poder señalar a la gente. Y estoy frustrado.

¿Le ha pasado algo similar?

Yo pido, para ponerte un ejemplo, una engrapadora circular. Pero Compras y Planificación deciden que eso es competencia por precio. Cuando llevas eso a precio, ¿quién gana? El que tiene un producto de menor calidad. Y eso es lo que nos dan para trabajar. Eso fue lo que le pasó al doctor Sierra. Obviamente que las administraciones aquí, de administración en administración, se escudan allá. Pero ellos, toda esa camarilla allá arriba, son los responsables de lo que está ocurriendo. No solo la pasan mal los pacientes: los médicos también sufrimos con el paciente. No como las estrellas de rock que hay en la Ciudad de la Salud.

¿Qué le molesta de los pacientes?

Cuando se quejan de que la abuela se murió. ¿Se murió porque no la atendieron, o tenía cuatro días sintiéndose mal y no la llevaron antes? Pero por supuesto que hay más casos de los dramáticos. Los médicos no somos perfectos, pero la mayoría tratamos de hacer lo correcto, tratan de dar la milla extra, pero el sistema no lo permite, los administrativos no lo permiten...

¿Qué administrativos?

Los directivos y el director, viviendo la vida loca, que no tienen ni idea de qué es lo que vive un paciente en el Complejo. Urgencias y el área de hospitalizaciones parece un purgatorio: como si tú fueras a pagar un pecado. A mí me ha tocado ver pacientes peleándose una camilla porque ya tienen horas de estar en una silla. Una vez pregunté dónde estaba un paciente para ir a revisarlo y me dijeron: Espacio 1. No era una sala, ni siquiera un pasillo. Era literalmente un espacio donde cabía una silla. Así tienen a los pacientes.

¿Los directivos miran entonces hacia la Ciudad de la Salud, solamente?

Sí. Ese edificio está tan forzado que, en la administración, que tiene 11 pisos, hay un elevador donde caben nada más tres personas. Tres personas. Y que el tercero no sea un gordito porque van apretaditos. Y ahora se salieron con que es temporal, porque van a poner un elevador panorámico. Otra: antes el Complejo operaba al paciente de cáncer y lo refería al Oncológico. Ahora ese paciente, recién operado, tiene que ir a Ciudad de la Salud para que allá le firmen los papeles para que entonces pueda ir al Oncológico a hacer una cita. Y no se los firman el mismo día. Más lo lejos que le queda a la mayoría de la gente ese lugar. ¿A ti te parece correcto eso? Este sistema es inhumano.