Aunque Panamá anunció una serie de medidas que incluyen el alejamiento de China y el paso expedito para los buques de guerra de Estados Unidos (EU) por el Canal de Panamá, esto no es suficiente para el presidente de esa nación, Donald Trump, quien aseguró que no está contento.
Este lunes 3 de febrero, el mandatario de EU volvió a mencionar que la influencia de China en este importante paso marítimo aumentó en los últimos años.
“China está involucrada con el Canal de Panamá. No estarán por mucho tiempo, y es así como debe ser”, aseguró desde su despacho en la Casa Blanca.
Lo dijo el mismo día en que su secretario de Estado, Marco Rubio, desde Panamá, presenció la deportación de 43 migrantes a Colombia. Un día antes (domingo 2 de febrero), Rubio se reunió con el presidente José Raúl Mulino, encuentro que dejó varios anuncios: Panamá congeló un acuerdo con China conocido como la Ruta de la Seda, abrió la puerta para que la empresa china Hutchison Ports deje de operar los puertos vecinos del Canal y ofreció deportar migrantes a través de un aeropuerto en Darién.
Además, la administración del Canal ofreció el paso expedito a buques de guerra del país de Trump.
Con base en las recientes negociaciones con EU, el exadministrador de la Autoridad del Canal de Panamá, Jorge Luis Quijano; la excanciller Érika Mouynes; y el abogado y analista Julio Linares analizan la forma en que Panamá está manejando su relación con ambas potencias.
Uno de los puntos más sensibles es el tratado de neutralidad del Canal, que establece que el paso por la vía interoceánica debe ser equitativo, justo y razonable para todos los usuarios. Quijano advierte que Estados Unidos estaría violando ese tratado al priorizar sus intereses sobre la equidad en el cobro de peajes y el uso de la vía marítima.
“Si hay alguien que está violando el tratado de neutralidad, son los norteamericanos”, afirmó, refiriéndose a las presiones ejercidas para obtener un trato preferencial en el pago de peajes y el paso de buques militares.
También sugirió que la administración Trump busca un control total del Canal, algo que Panamá no puede permitir. “Es obvio que ellos quieren el control total del Canal”, señaló.
Los puertos
Para el exadministrador del Canal, el tema apunta a los puertos, en particular a Panama Ports Company, la filial de Hutchison Ports que opera los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados a la entrada del Canal.
“Creo que tenemos que ver qué es lo que vamos a hacer, porque una solución más rápida es sacar a Hutchison de aquí, porque es el que más daño nos está haciendo en esta relación. Entiendo las consecuencias de hacer algo así y lo que le conviene al país en este momento”, añadió.
¿Convienen los acuerdos?
Mouynes, por su parte, advierte que queda mucho por recorrer, pues la administración Trump lleva días en funciones y la de Mulino, meses. Según ella, Panamá debe evitar apresurarse en acuerdos sin una estrategia clara y garantizar que la comunidad internacional tenga acceso a información veraz sobre el Canal y sus tratados.
La excanciller destacó la importancia de actuar con calma y paciencia. “No vería espacio para acordar nada en un primer encuentro”, dijo, refiriéndose a la necesidad de evitar concesiones apresuradas que podrían debilitar la posición panameña.
Mouynes también sugirió la relevancia de buscar un diálogo directo con el presidente Trump, pero sin ceder a imposiciones. “Una postura firme, pero no confrontacional, con calma y tranquilidad, es ideal”, afirmó.
Trump anunció este lunes 3 de febrero que conversará telefónicamente con Mulino el próximo viernes a las 3:30 p.m.
Además, resaltó la necesidad de separar los hechos de la estrategia, ya que Panamá debe dar a conocer cómo funciona el Canal y desmentir las afirmaciones incorrectas que se han hecho en foros internacionales, como la audiencia del Senado de Estados Unidos.
El papel de China y la Ruta de la Seda
Linares, en una línea similar, señala la necesidad de fortalecer el servicio diplomático panameño y la Cancillería para contrarrestar narrativas erróneas provenientes de EU.
Sobre la decisión del presidente Mulino de no renovar el memorándum de entendimiento conocido como la Ruta de la Seda, señaló que parece ser una concesión a Estados Unidos. “Nuestro problema no es con China, es con las amenazas de EU”, afirmó, destacando que Panamá no debería generar un conflicto innecesario con Pekín.
Linares también recordó que China no se ha adherido formalmente al tratado de neutralidad debido a su conflicto con Taiwán, lo que ha generado tensiones adicionales. A su juicio, China debe dar un acto de buena fe adhiriéndose al tratado.
Para el abogado, el tema de fondo no es que Panamá tenga relaciones con China. Recordó que, de hecho, la mayoría de los países del mundo siguen la filosofía o el concepto de una sola China. “El tema que está saliendo a relucir ahora no es el fondo, es la forma”, aseguró.
Sin embargo, advirtió que este es un problema de Panamá y no de Estados Unidos. “No es un problema para que Estados Unidos venga ahora a decirnos lo que tenemos que hacer internamente”, enfatizó.
Linares recordó los acontecimientos de 2017, cuando Panamá estableció relaciones diplomáticas con China.
“Yo sí recuerdo que Isabel de Saint Malo (canciller de la época) habló de que justamente este país firmara y se adhiriera al tratado de neutralidad. Y hubo asesores de ellos allá que le recomendaron que ese no era el momento de hacerlo. Recientemente, ella me llamó para decir que este era el momento, y yo le dije: aquí lo que tenemos que hacer es esperar a que esto se defina un poco mejor antes de apresurarnos”, relató.
Vea el análisis completo aquí: El Canal, relaciones con China y la migración: análisis de la visita de Marco Rubio
La reciente visita de Marco Rubio y las declaraciones de Donald Trump confirman que Washington busca reforzar su influencia sobre el Canal, mientras que el gobierno de Mulino ya ha dado señales de alineamiento con decisiones estratégicas como el congelamiento del acuerdo de la Ruta de la Seda y la apertura a deportaciones desde Darién.
Sin embargo, las advertencias de expertos como Jorge Luis Quijano, Érika Mouynes y Julio Linares resaltan un punto clave: Panamá debe manejar esta relación con inteligencia y no con premura. La neutralidad del Canal no es solo un principio, sino un blindaje que garantiza su operación equitativa y soberana. Ceder demasiado rápido podría traer consecuencias irreversibles.
El panorama aún no está definido. Con Trump al frente de Estados Unidos, el margen de maniobra de Panamá se reduce, pero las decisiones que tome en estos primeros meses marcarán su posición, pues lo que está en juego no es solo el futuro del Canal, sino la capacidad de Panamá para negociar sin perder de vista su propio interés.