El presidente de la República, José Raúl Mulino, volvió a salir en defensa de la propuesta de reformas a la Caja de Seguro Social (CSS) que se discute en la Asamblea Nacional.
“Esta ley no es para causarle daño a nadie ni a ningún sector, esta ley es para resolver un problema que está tocándonos la puerta con señales de urgencia. Este país no se puede dar el lujo de fracasar en este proyecto”, dijo este miércoles 20 de noviembre en entrevista a Telemetro.
Aseguró que hay algunos que quisieran que fracase, que quisieran que el sistema colapse porque ellos “viven de la anarquía y se reproducen políticamente en ambientes anárquicos, en ambientes de países fallidos. No vamos a permitir que Panamá sea un país fallido”, sostuvo.
Admitió que la propuesta de ley se puede mejorar y está dispuesto a hacerlo. Indicó que el debate y periodo de consultas que realiza en estos momentos la Asamblea Nacional es necesario, “pero tampoco es bueno malgastar el tiempo útil de los diputados y del equipo técnico, tanto del ministerio como de la caja, para que estén oyendo locuras allí y mentiras, por eso estamos haciendo las conferencia de prensa en las tardes para desmentir las mentiras de la mañana”.
Sobre los cuestionamientos que se realizan en ese periodo consultas en el legislativo, el mandatario indicó que la mayoría que rechazan las reformas es de la “izquierda”.
“Que dejen la necedad... Salvo muy honrosas disertaciones, yo no he escuchado a ninguno hacer una propuesta que valga nada. Es crítica, crítica, crítica. El mismo discurso de hace 40 años. Este país no se va a resolver en cuanto a salud, seguridad social con el discurso demagógico de la izquierda radical de este país”, aseguró.
Sobre las críticas por el aumento de la edad de la jubilación, dijo que en este “esfuerzo integral” todo el mundo pone una cuota de sacrificio.
La propuesta sugiere un aumento de tres años para los hombres, es decir, ya no se jubilarían a los 62 años de edad sino a los 65 años. En tanto, las mujeres se jubilarían a los 60 años de edad y no a los 57 años.
Mulino opinó que el incremento a tres años es “una cifra razonable en el tiempo”.