La imposible tarea que Trump encomendó a Marco Rubio: ‘recuperar’ el Canal de Panamá

La imposible tarea que Trump encomendó a  Marco Rubio: ‘recuperar’ el Canal de Panamá
De izquierda a derecha, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el secretario de Estado, Marco Rubio, asisten al discurso del presidente estadounidense, Donald Trump, en una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos en el Capitolio de Estados Unidos en Washington, DC. Foto: EFE


La reciente intervención del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, ante el Congreso de su país volvió a poner a Panamá en el tablero geopolítico. Trump asignó públicamente al secretario de Estado, Marco Rubio, la tarea de lidiar con el futuro del Canal de Panamá. “Sabemos a quién culpar si algo sale mal”, sentenció Trump, una frase que resonó con fuerza en los en los círculos políticos de Washington y en Panamá.

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“Trump: Tenemos a Marco Rubio al mando. Buena suerte, Marco. Ahora sabemos a quién echarle la culpa si algo sale mal”, escribió en X la cuenta Republicans against Trump, que se describe como republicanos conservadores que luchan contra Trump y el trumpismo.


Una relación tensa: la diplomacia de Trump y el dilema de Rubio

El Canal de Panamá, construido por Estados Unidos en el siglo XX y entregado a Panamá en 1999 bajo los Tratados Torrijos-Carter, está desde finales de diciembre en la mira de Trump, quien ha hablado repetidamente de “recuperarlo” debido a la presencia de China en su operación, un tema que ha sido rechazado rotundamente por el gobierno panameño y la Autoridad del Canal de Panamá.


La imposible tarea que Trump encomendó a  Marco Rubio: ‘recuperar’ el Canal de Panamá
Turistas toman fotos a un buque de contenedores en el puerto de Rodman. Vista desde el Mirador de Las Américas. 03 de marzo de 2024. Foto: Alexander Arosemena

En este contexto, en su discurso del pasado martes, Trump no dejó espacio a la interpretación: nuevamente afirmó que el Canal fue construido “por estadounidenses y para estadounidenses” y cuestionó que haya terminado bajo control panameño. La tarea de revertir esta situación —en términos aún indefinidos— parece recaer ahora en Rubio.

Mientras Trump les decía a su audiencia que “una gran empresa estadounidense ha anunciado que va a comprar los dos puertos que rodean el Canal de Panamá”, las cámaras enfocaron a Marco Rubio. Se le veía a la expectativa, aturdido, como si intentara captar cada palabra que pronunciaba su jefe. Sus ojos, fijos y atentos, reflejaban interés y tensión. La mirada de quien espera.

Malcolm Davis, analista del Instituto Australiano de Política Estratégica, lo describió como “un ciervo deslumbrado por los faros”.


Después de que Trump repitiera su versión de que “no se lo dimos a China (el Canal), se lo dimos a Panamá”, sus seguidores aplaudieron, se pusieron de pie y Trump se dirigió directamente al secretario de Estado: “Ya tenemos a Marco Rubio al mando. Buena suerte, Marco”. Las cámaras lo enfocaron nuevamente y Rubio sonrió discretamente. Se escucharon aplausos.

Trump continuó: “Ahora sabemos a quién culpar si algo sale mal. Marco ha estado increíble y va a hacer un gran trabajo. Piénsalo, consiguió 100 votos. Sabes, fue aprobado con 99, pero los 100 fueron de este caballero. Y estoy muy, muy feliz por eso. O estoy muy preocupado por ello. Pero él ya ha demostrado, quiero decir que es un gran caballero, es respetado por todos”. Más aplausos.

“¿Escuchaste eso @SecRubio? Serás su chivo expiatorio”, escribió alguien en X.

¿“Fue eso una amenaza”?, escribió otra cuenta.

Rubio, Panamá y la política

Rubio, un político de origen cubano con una larga trayectoria en temas de seguridad y relaciones internacionales, ha sido un firme crítico de la expansión china en América Latina. Ahora se encuentra en una posición comprometida: asumir un rol activo en la estrategia de Trump sobre Panamá lo expone a un conflicto diplomático de gran escala, lo que lo convertiría en el chivo expiatorio de una política exterior errática.

El primer país que visitó Rubio luego de estrenarse en el puesto fue Panamá. Lo hizo en medio de las tensiones entre los dos países por el tema del Canal. El 2 de febrero pasado, luego de reunirse con el presidente José Raúl Mulino en el palacio de Las Garzas, el Departamento de Estado emitió un comunicado donde se advertía que si Panamá no realiza “cambios inmediatos”, en relación con la presencia china “sobre el área del Canal”, tomarán las medidas necesarias.

Lea aquí: Trump aprieta las tuercas: Panamá debe navegar en aguas turbulentas con EU y China

Un tono totalmente distinto al del presidente José Raúl Mulino, quien previamente había calificado el encuentro como “altamente respetuoso y cordial” y descartó cualquier “amenaza real” de una intervención militar estadounidense en el Canal. “No cabe duda de que el Canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo”, declaró, sin hacer referencia a los “cambios inmediatos” exigidos por Rubio.

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José Raúl Mulino, presidente de Panamá; y Marco Rubio, secretario de Estado de EU. Cortesía Departamento de Estado de EU.

Días después, se desató otro incidente entre las dos partes, relacionado con las diferencias en las posturas de Estados Unidos y Panamá sobre el pago de peajes de los barcos militares estadounidenses. Todo esto ocurrió porque el Departamento de Estado dijo que los barcos del gobierno de EU ahora pueden transitar por el Canal de Panamá sin pagar tarifas, sentencia que Mulino negó. Lo calificó como una falsedad y advirtió que una relación diplomática basada en información errónea es “intolerable”.

Desde República Dominicana, Rubio matizó el tema. Manifestó que respeta el marco legal de Panamá y los procedimientos que rigen el Canal, aunque le parece “absurdo” que EU tenga que pagar cuotas para transitar “una zona” que tiene la obligación de proteger en momentos de conflicto.

‘Little Marco’

Trump y Rubio fueron adversarios durante las primarias republicanas de 2016, cuando ambos fueron rivales en la carrera presidencial. Trump, con su tono agresivo y directo, no perdió oportunidad de atacar a Rubio, a quien se refería de manera despectiva como “pequeño Rubio” o “Little Marco”. Esta frase se convirtió en uno de los insultos más recordados de la campaña, y Trump la usó para resaltar lo que él percibía como una falta de fortaleza o autenticidad en su oponente.

Rubio trató de devolverle el golpe a Trump, llamándolo “un payaso” y “un mentiroso”. Luego Trump obtuvo la candidatura y Rubio se convirtió en su aliado.

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Rubio y Trump en medio de un debate por la candidatura presidencial. Archivo


Geopolítica y el juego de las grandes potencias

Las palabras de Trump surgen en un momento relevante para las relaciones entre Washington y Beijing. China ha incrementado su influencia en América Latina, invirtiendo en infraestructura portuaria y en sectores estratégicos en Panamá. De hecho, Trump ha insinuado que el acuerdo de traspaso del Canal ha sido “violado severamente”, tema que Panamá niega.

Expertos en asuntos marítimos y del Canal han dicho que es imposible que Estados Unidos recupere la vía interoceánica. En este escenario, la presión sobre Rubio es máxima.



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