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Frentiao con Jackson: Érase una vez... ¿un lava autos?

Frentiao con Jackson

En el 2014, Brasil comenzó a investigar qué era lo que ocurría en un pequeño negocio de lava autos, porque aparte de lavar carros, también estaba lavando plata, de ahí que la operación de anticorrupción más grande de Brasil fue bautizada como Lava Jato (Lava Auto, en portugués).

Era un pequeño negocio que, sin embargo, tenía grandes entradas de dinero, presuntamente ilegales. Era dinero del Estado brasileño, lavado en este y en muchos otros pequeños negocios, para luego ser repartido a las principales empresas constructoras de Brasil, a políticos, gobernantes y diversos empresarios de ese y en varios otros países.

Las investigaciones condujeron a los llamados doleiros, que cambiaban reales (moneda de Brasil), por dólares, que luego eran llevados personalmente por ellos a casa y oficinas de los políticos brasileños. Lo que empezó en una investigación de lavado de activos en un pequeño negocio de lava autos, pronto se descubriría que era solo una minúscula fracción de una gigantesca red de corrupción nacional e internacional, entre cuyos principales protagonistas figuraba una empresa establecida en Panamá durante el gobierno de Martín Torrijos, quien gobernó el país entre 2004 y 2009. Esa empresa era Constructora Odebrecht.

Las investigaciones de la Policía Federal de Brasil pronto llegaron hasta la cabeza de la empresa: su presidente, Marcelo Odebrecht, quien fue arrestado en 2015 y condenado a casi 20 años de prisión en cuestión de meses.

La empresa, arrinconada por las investigaciones, accedió a cooperar, o sea, a sapear y así lo hizo: delató a políticos, empresarios, altos funcionarios, gobernantes y expresidentes de los países donde Odebrecht florecía con multimillonarios proyectos públicos mediante contratos arreglados de antemano para que no hubiese competencia.

¿Cómo lo lograba? Pagando coimas. Y por eso creó un departamento ultrasecreto que administraba el pago de las coimas: El Sector de Operaciones Estructuradas o, en palabras vernáculas: el Departamento de Coimas o Caja 2.

Y adivinen cuál era uno de los países con más proyectos de Odebrecht. Efectivamente, Panamá. Comenzó con Martín Torrijos, cuya obra más importante fue el relleno y ampliación de la Avenida Balboa. Pero eso era apenas el principio.

Odebrecht se consolidó en las administraciones de Ricardo Martinelli y de Juan Carlos Varela, siendo la de Martinelli la más notoria, porque fue en la que más proyectos recibió y también porque fue a la que más pagó coimas –que sumaron varios cientos de millones de dólares a funcionarios de esa administración, que incluyeron desde el entonces presidente Martinelli, pasando por sus hijos y Ministros de Estado, hasta funcionarios de menor jerarquía, según diversos testimonios.

Ahora te preguntarás, ¿qué tiene que ver conmigo esos robos? Pues tiene mucho que ver. Verás, un ministerio como el de Obras Públicas o el Metro de Panamá, anunciaba un gran proyecto. Obviamente, sin que nadie lo supiera–salvo los involucrados– la licitación estaba arreglada para que la “ganara” Odebrecht.

El objetivo era adjudicarle la obra por un precio mucho más elevado que el resto de sus competidores. Ese excedente de plata era el que se usaba para pagar las coimas.

Lo increíble era que Odebrecht obtenía tanta plata que no solo alcanzaba para pagarle a los funcionarios locales, sino que, además, era suficiente para pagarle coimas a muchos funcionarios extranjeros y para pagarle a los empleados de la empresa involucrados en el robo del dinero. ¡Sí, es que ellos también cobraban por eso!

La empresa confesó que hasta participaba en la redacción de las reglas de la licitación para garantizarse la adjudicación de la obra. Tanta era su influencia en el Gobierno, que ellos prácticamente decidían qué, cuándo y cómo iban a construir, y, lo más importante, cuánto costaría.

Imputarán a 16 exfuncionarios por el caso Odebrecht en Colombia (Germán Falcón/(EPA) EFE)

En el camino, también surgían las extensiones y los sobrecostos, o sea, se terminaba pagando más plata. Por ejemplo, la terminal 2 del aeropuerto de Tocumen debió costar $679 millones, pero terminó costando más de $1,000 millones. Otro ejemplo: La línea 1 del Metro fue adjudicada a Odebrecht en $1,446 millones, pero terminó costando 2 mil 139 millones. Es decir, casi 700 millones más que el precio original.

Odebrecht pudo acumular obras públicas en Panamá durante tres administraciones que fácilmente se acercaban a los 10 mil millones de dólares. Si calculamos que en coimas pagó el 10%, significa que solo en Panamá habría obtenido unos mil millones de dólares o quizás un poco menos.

¿Pudes imaginar lo que se puede hacer con mil millones de dólares?

El dinero de la coima llegaba a gobernantes y políticos con un intento de Odebrecht de disimular su origen, a través de intrincadas redes de sociedades anónimas y cuentas bancarias en Panamá y en países de Europa y Asia.

Por este caso serán juzgados en Panamá los expresidentes Varela y Martinelli, incluso sus hijos –Luis Enrique y Ricardo Alberto– que ya tienen sobre sus espalda la admisión y confesión en Estados Unidos que conspiraron para blanquear, al menos, unos $30 millones en coimas de Odebrecht. En su defensa alegaron que lo hicieron siguiendo órdenes de su papá.

Para poder enjuiciarlos, condenarlos y encarcelarlos, Estados Unidos tuvo que extraditarlos desde Guatemala, a donde fueron a parar tras un intento fallido por regresar a Panamá. En una escena digna del International Film Festival, los agarraron en el aeropuerto de Guatemala y los detuvieron en una base militar donde esperaron la extradición a Estados Unidos.

Cuando los juzgan en Nueva York, para evitar condenas severas, admitieron que sí hubo movimientos de dinero ilícito y transacciones corruptas.

Hay contratos y evidencia de compras de terrenos, apartamentos, barcos, incluso, arte y joyería por miles de dólares. Y encima dejaron abonado para comprar más joyas.

Hasta la manutención de las amantes era costeada por el Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht. Esas eran las llamadas “periquitas”: cinco en en total.

Lo que quiero que quede bien claro es que tal vez no sientas que te robaron porque no te quitaron plata directamente de tu bolsillo. Pero cada vez que veas a familias en la calle, gente sin agua ni medicinas, hospitales y colegios cayéndose o estudiantes brillantes del interior del país que no reciben una beca porque no hay plata, debes saber que esta es una de las razones por la cual no hay plata.

Los millones que deberían ser para apoyar a la gente más vulnerable se fue en pagar coimas a unos pocos. Y desde la otra semana tienen que responder por sus acciones en el denominado “juicio del siglo”, el caso de corrupción más grande en la historia de Panamá. El resultado del juicio –si resultaran culpables de los cargos– será un mensaje para todos los políticos y funcionarios del país.