La llamada “Bandera Herida”, considerada uno de los primeros símbolos materiales de la independencia de Panamá, ha iniciado un viaje histórico: será restaurada en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), una de las entidades más prestigiosas en la conservación de bienes patrimoniales.
Así lo confirmó el Ministerio de Cultura al anunciar el traslado del emblema a Europa, con la meta de devolverle su integridad física.
Confeccionada presumiblemente en seda y dañada por el paso del tiempo, la bandera fue izada por primera vez por el pueblo de Chitré durante el movimiento separatista de 1903. Según la tradición oral, fue perforada por un disparo de celebración, lo que le dio el nombre con el que ha pasado a la historia: la “Bandera Herida”. A pesar de su deterioro —solo un 3 % de su estructura original se conserva—, su carga simbólica permanece intacta.

Durante más de un siglo, este trozo de tela ha sobrevivido como testimonio de una revolución que no se limitó a los libros de historia. Su izada en Chitré, tras recibir la consigna secreta “llegó Matea”, simbolizó la victoria del movimiento independentista panameño. Su imagen fue replicada en varias provincias como señal de adhesión a la causa separatista que daría origen a la República.
El proceso de restauración en España tomará aproximadamente 18 meses. Según explicó la ministra de Cultura, María Eugenia Herrera, el tratamiento incluirá análisis técnicos, estabilización de los materiales, conservación museográfica y documentación especializada. Se prevé que la bandera regrese a Panamá a finales de 2026, donde será exhibida en condiciones óptimas de preservación.
La ministra subrayó que, gracias a la cooperación del gobierno español y a la participación de múltiples instituciones panameñas —entre ellas, los ministerios de Cultura, Seguridad Pública y Relaciones Exteriores—, el traslado se ha coordinado con éxito. La operación incluyó también la colaboración del Aeropuerto Internacional de Tocumen, la Dirección de Migración, la Policía Nacional, entre otras entidades.
Además, la Comisión Nacional de Símbolos Patrios y la Biblioteca Nacional formaron parte del equipo responsable de garantizar que esta bandera, hoy frágil, sea devuelta a su pueblo con el respeto que merece. Herrera calificó el esfuerzo como “un acto de justicia histórica y compromiso cultural”.

Una vez culminada la restauración, la bandera será reintegrada al Museo Fabio Rodríguez de Chitré, en la provincia de Herrera. Allí, una museografía especializada destacará su valor simbólico mediante criterios de conservación preventiva y narrativa histórica, permitiendo al público acercarse a uno de los objetos más emotivos del imaginario nacional.
La ministra aseguró que este esfuerzo no solo apunta a la restauración física de una pieza centenaria, sino también al fortalecimiento de la identidad panameña. “Proteger esta bandera es proteger la memoria de un pueblo que creyó en su libertad”, afirmó.