El alcalde del distrito de Colón, Diógenes Galván, aprovechó los actos conmemorativos del 5 de noviembre para pronunciar un discurso cargado de reclamos al Gobierno Nacional y a los grandes sectores económicos que operan en la región sin tributar al municipio.
“La responsabilidad fundamental del municipio es promover el desarrollo local integral, atender las necesidades colectivas y procurar el bienestar de sus habitantes”, inició el alcalde, antes de advertir que esa tarea resulta imposible “sin los recursos económicos para llevar a cabo esta misión”.
Galván planteó que el problema estructural de Colón es de carácter fiscal. “El municipio se financia principalmente con el cobro de impuestos municipales. Aquí comienza el descalabro”, denunció ante las autoridades presentes. Según sus datos, más de 4,300 empresas deberían tributar en el distrito, pero “2,600 empresas en la Zona Libre, pequeñas, medianas y grandes, no pagan impuestos municipales”. Si lo hicieran, calculó, “el municipio generaría automáticamente 1.3 millones de dólares mensuales”.

El alcalde también se refirió a los puertos internacionales que operan en la provincia sin aportar un solo dólar a la administración local. “Estos puertos movieron 5.6 millones de TEU en contenedores en 2024. Si pagaran un dólar al municipio por cada contenedor, serían 5.6 millones de dólares”, subrayó. Sin embargo, añadió con tono crítico: “Estos puertos no pagan impuestos municipales”.
A su juicio, el ferrocarril interoceánico y la Ley de Patrimonio Histórico agravan la situación. “El ferrocarril no paga impuestos y se mantiene totalmente distante de las necesidades de este pueblo”, lamentó. Además, recordó que existen “más de 210 edificios condenados por el Sinaproc” y “94 lotes baldíos con años de abandono” que el municipio debe limpiar “con los recursos que no tenemos”.
Tanto la Zona Libre como los puertos y el ferrocarril operan bajo regímenes de concesión y leyes especiales que los eximen de tributar al municipio, pese a generar miles de millones de dólares en operaciones cada año. La Zona Libre de Colón goza de un régimen fiscal especial desde su creación, que la libera del pago de tributos municipales. Los puertos privados y el ferrocarril, por su parte, mantienen contratos de concesión con el Estado que los obligan a pagar cánones al Gobierno Central, pero no al municipio.
Otras quejas
Galván denunció también las limitaciones impuestas por la Ley 21 de 1997, que regula el uso del suelo en áreas cercanas al Canal de Panamá. “Gran parte de nuestra región está restringida. Si usted va a construir en Cuatro Altos o en la Transístmica, el Canal puede tardar dos años en otorgar un permiso. No es su prioridad”, explicó. A ello sumó su rechazo a una “nueva tendencia” del Canal de eximir del pago de impuestos municipales a sus contratistas, lo que calificó de “injusto e insostenible”.

“Como administrador, levanto la mirada y siento más que espanto, porque ninguna provincia de este país tiene tantas restricciones para hacer sostenible un verdadero plan de desarrollo”, afirmó. Dirigiéndose al presidente de la República, José Raúl Mulino, Galván fue categórico: “Señor presidente, tenemos que hacer algo. No es justo lo que ocurre en Colón, un distrito que aporta más de 17 mil millones de dólares al PIB de este país”.
El alcalde aseguró haber presentado una propuesta formal para corregir lo que calificó como “una distorsión fiscal que asfixia a Colón”, y dijo esperar “pacientemente” que el presidente le conceda audiencia. Mientras tanto —expresó— “este alcalde y su equipo de héroes seguimos trabajando con lo que tenemos, transitando este camino de adversidad inspirados en nuestra misión de amor por Colón”.
Precariedad
Durante su intervención, Galván dio un ejemplo de la precariedad institucional con que opera el municipio. “Tenemos 154 habitantes en condición de calle y solo tres funcionarios —cuatro con la directora— en el Departamento de Desarrollo Social”, relató.

“Todos los jueves, a las 11 o 12 de la noche, salen a rescatar personas de la calle. Han logrado movilizar a 36 ciudadanos, tratando de recuperar la dignidad perdida”. Los calificó de “héroes” que “van donde los demás se alejan”.
En el tramo final de su discurso, Galván felicitó al presidente por “la valentía de expropiar la zona de Isla Margarita” y lo instó a liderar una inversión que “genere empleos y nuevas oportunidades para los colonenses”.
Luego, en un tono más emotivo, le dirigió un mensaje personal: “Su rostro es como la página de un libro escrito en un idioma difícil de entender... pero cuando sonríe, da esperanzas. Ese don, señor presidente, no lo tiene cualquier individuo. Úselo para transformar vidas”.


