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¿Cuánto cuesta un palo de mango? El relato de un pueblo que se niega a desaparecer

Tendrán que irse con sus vidas sobre los hombros. Se irán con sus muebles, sus perros, sus gatos, sus gallinas y hasta con sus muertos. La zona será inundada. De acuerdo con datos preliminares, en el área del reservorio hay 538 hogares y 1714 personas: 53% son hombres y 47% son mujeres.

RIO INDIO Vista de drone en Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

Limón es una pequeña comunidad que forma parte de un corregimiento con nombre de cuento de hadas: La Encantada. Se encuentra en el distrito de Chagres, Colón y queda a tres horas de la capital si se conduce con el tráfico a favor. Está rodeada de verdes colinas donde crecen los árboles a su antojo. Tiene una escuela, un cementerio, una capilla y decenas de casitas de madera dispersas entre el paisaje rural. Por la mañana, la neblina se desliza entre los matorrales y envuelve al pueblo en una nube etérea. Es un buen lugar para nacer, crecer y morir.

RIO INDIO Vista de drone de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

A sus pies, el todopoderoso río Indio, que desde hace un tiempo está en el centro de las noticias porque un fallo de la Corte Suprema de Justicia declaró que forma parte de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá, y en consecuencia, se convirtió en la opción para construir un embalse que garantizará agua dulce tanto para el paso de los barcos como para el consumo humano. Eso implica que Limón y otras comunidades tendrán que desaparecer. Se las tragará el agua. Hombres, mujeres y niños tendrán que ser reubicados con su vida a cuestas.

Lea aquí: La directiva del Canal aprobó los fondos para construir el embalse de río Indio

Se irán con sus muebles, sus perros, sus gatos, sus gallinas y hasta con sus muertos. Se irán con sus recuerdos. El área será inundada. De acuerdo con datos preliminares, en el área del reservorio, por ejemplo, hay 538 hogares, 1714 personas: 53% son hombres, y 47% son mujeres.

La obra, que se ejecutará en al menos seis años, contempla recursos para compensar y reubicar a las familias que habitan en la zona, y el acompañamiento para el restablecimiento de sus medios de vida. “Se desarrollará con la participación activa de las comunidades afectadas”, ha dicho la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

Limón, corregimiento de La Encantada, Chagres, Colón. Limón, corregimiento de La Encantada, Chagres, Colón.

Olegario se aferra a su tierra

Pero en Limón abunda la resistencia. Hay tristeza, impotencia y arraigo. Buena parte de sus habitantes se aferra a sus raíces, a sus historias y a la tierra que les ha dado todo. “No a los reservorios”, dice un letrero colgado frente a la casa de Olegario Hernández, de 87 años.

“Nos va a perjudicar (el embalse)”, afirma, para luego plantear y al mismo tiempo responder una pregunta: “¿A dónde nos van a reubicar?...en lotes... No estamos acostumbrados a eso…”.

RIO INDIO Olegario Hernández, miembro de la comunidad de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

Olegario vive de lo que le da la tierra. Cultiva maíz, yuca, arroz y plátano. “Nosotros no le damos problema a nadie. Ni al Gobierno, ni a nadie. Le pedimos una carretera y no la quieren hacer bien”, contó.

Su familia llegó a Limón en la década de 1960. Para entonces, la comunidad era una extensa cadena de montañas con el río Indio como Dios y ley.

RIO INDIO Comunidad de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

“Uno caminaba en caminitos estrechos”, cuenta Olegario, que para entonces tenía 25 años. Lo primero que hicieron cuando se asentaron en Limón fue construir una escuela. Fue un trabajo de hormiga: lento, meticuloso y paciente. De a poco, bloque a bloque la fueron construyendo. “Traíamos los materiales desde río abajo. Primero bajábamos en cayucos, después conseguimos un motor…”, narra.

¿A dónde vamos a conseguir una tierra como esta? No la hay. Yo lo he conversado… En Donoso hay montañas, pero nunca como estas”, afirma Olegario, parado frente a su vivienda a orilla de la carretera.

Él recuerda el día que Ricaurte Catín Vásquez, el administrador de ACP, visitó Limón.

“Hizo una reunión con nosotros y él propuso indemnizar. Nosotros le dijimos que no nos queríamos ir. Él (Ricaurte Vásquez) dijo que si el pueblo no estaba de acuerdo, esto (el embalse) no podía ir. Pero cuando llegó a Panamá dijo que toda la gente de Limón estaba de acuerdo, y eso salió publicado. Nosotros pensamos que tienen una estrategia muy sucia”, cuenta.

RIO INDIO Cementerio del la comunidad de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

La ACP aún no les ha dicho a cuánto ascendería una indemnización. Un día, agregó, les hicieron un censo. Entonces él le preguntó al muchacho que le tomó los datos: “¿Cuánto cuesta un palo de mango? ¿Cuánto cuesta un palo de naranjo? No me pudieron dar respuesta porque ellos no saben. Entonces, ¿qué clase de censadores son esos?”.

La metáfora de lo intangible

Para Olegario, el asunto va más allá de números o cifras. Se trata de lo intangible, de lo que han sembrado, cuidado y amado por generaciones. El palo de mango no es solo un árbol; es raíz, es memoria, es parte de su historia. Y eso, ¿cómo se calcula?

Olegario aprovecha para decir lo que opina del Canal.

“El Canal significa bastante porque hay un ingreso, y yo lo entiendo, pero el ingreso es para los más bellacos. A nosotros no nos toca nada acá. De a malas han hecho esta carretera. Pero, ¿de ahí?... Qué va. Ellos no son gente que se esmera por el campesino. Mire que no hay un médico, en el centro de salud no hay una pastilla, no hay na’...”.

RIO INDIO Letreros en oposición al proyecto. Comunidad de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

Hilario y el río

El río Indio queda a más o menos 500 metros de la casa de Olegario. Para llegar allá, hay que seguir la ruta de la carretera, avanzar hasta que se acaba el asfalto y luego transitar por un camino de tierra rojiza, rodeado de casas adornadas con flores en los portales y algunas fincas con ganado. Se desciende por una loma empinada que no está hecha para los carros.

Según los informes de la ACP, la cuenca de este río abarca una extensión total de 580 kilómetros cuadrados y alberga más de 200 comunidades con una población de más de 12,435 personas distribuidas en tres segmentos. Sin embargo, el embalse afectará a entre 1,700 y 2,000 personas. Se origina en la provincia de Coclé, entre las comunidades de Alto de la Mesa y Río Indio Nacimiento.

RIO INDIO Cayuco en Río Indio. Comunidad de El Limón de Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

El día que La Prensa visitó la zona, sus aguas lucían turbias y marrones, producto de las repentinas lluvias de febrero. Los árboles crecen a orillas del cauce y lianas cuelgan desde las alturas. Hierba verde y densa en la orilla. Barro. A pocos pasos de las corrientes hay una pequeña casita con estructura de madera y techo de paja que sirve como sitio de espera. Allí, los lugareños abordan las canoas con motor que los transportan a los poblados del área. El río también sirve de frontera entre Colón y Coclé.

Sentado en un banco de madera a orilla del río estaba Hilario Hernández, de 71 años. Esperaba “un motor” (canoa) para ir a Boca de Uracillo, un caserío que también será inundado, pero no queda en Colón, sino en Coclé.

RIO INDIO Hilario Hernández, comunidad de Limón, Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

A diferencia de Olegario, este hombre no se opone al reservorio, pero tiene sus condiciones.

“Lo que queremos es que las cositas que nosotros tenemos nos las recompensen bien. Este asunto no solo será un beneficio para la gente del Canal, será un beneficio para la gente que toma agua”, dijo.

Hilario vive en Colón, pero está unido a la cuenca del Canal porque tiene tierras en Boca de Uracillo.

Para nosotros, estas tierras significan mucho. Significan vida, sentimientos. Aquí nacimos, nos criamos, vivimos, y la tierra no solo tiene un valor monetario, tiene un valor sentimental. Una persona que ha vivido toda su vida aquí se le hace difícil deshacerse de esto. Aquí están nuestros padres sepultados, nuestros hijos, nuestros familiares… Ya no están con nosotros, pero es importante saber que sus huesos están aquí”, narró.

RIO INDIO Río Indio. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

Hilario, junto a seis personas más, ese día se dirigía a una reunión convocada por la ACP para explicarles el proyecto.

“Esas reuniones son importantes porque ellos necesitan saber que si las cosas se van a hacer, tienen que hacerlas bien hechas”.

Un ronquido constante y vibrante alteró la calma de las aguas del río. Llegó una canoa. Cuatro hombres se bajaron de la embarcación y nuevos navegantes tomaron sus puestos. Uno de ellos, Hilario. Iba a una reunión para recibir información del proyecto.

Uno de los que se bajó de la canoa fue Manuel, pero no quiso decir su apellido. Prefiere mantenerse en el anonimato. Transportaba unos sacos con café que vendería en la ciudad.

“Estas tierras son la vida de nosotros. De aquí sacamos todo para comer. Vivimos tranquilos. No le pedimos nada a nadie. Esto (el embalse) nos va a perjudicar. ¿Para dónde nos vamos a ir? No queremos que nos reubiquen en la ciudad. No estamos acostumbrados a eso. Somos campesinos y estamos acostumbrados a vivir aquí”, dice.

‘No quiero salir de aquí’: María

María Félix Hernández, de 52 años, lo dice sin titubeo: “No quiero salir de aquí…”.

RIO INDIO María acomoda letreros en oposición al proyecto. Comunidad de El Limón de Chagres, provincia de Colón. Gira para conocer las personas y poblados afectados por el proyecto de la ACP, Embalse de Río Indio. 21 de febrero de 2025. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

Ella no cree en los planes de la ACP.

“Es una mentira. Es un engaño. Dicen las cosas y no las cumplen”, afirma.

A María le preocupa que la saquen de su montaña y la lleven a una construcción de cemento y vidrio en la ciudad. Tiene miedo de que le quiten su vida sencilla, sus raíces.

“La tierra es para siempre, el dinero se acaba”, dice mientras retocaba un anunció que dice: “No a los reservorios”.

Habla la ACP

Pero Ana María Antonio, especialista social de la oficina de Proyectos Hídricos del Canal de Panamá, asegura que se tendrá en cuenta a todos. Dice que los derechos de las personas serán restituidos y se les restablecerán sus medios de vida. Por estos días, realizan reuniones con la comunidad para informarles sobre lo que implica la iniciativa del Canal. Se les compensará por todos los bienes de las familias: vivienda, cultivos, fincas, entre otros.

Para Olegario, Hilario, Manuel y María, y para otros pobladores de la zona, no se trata solo de lo material. Temen perder su identidad, sus raíces, sus caminos, el río, sus soles y sus lluvias. Su palo de mango.