Política

Brunch dominical: ‘El país al revés’

Brunch Fotografía de Nito Cortizo en la Presidencia/Una moneda 'martinelli'; y el viaje de Maricel, Marta, Mireya a una misión oficial.

La expresión “el mundo al revés” se ha popularizado para referirse a situaciones que no deberían haber ocurrido. Y si consideramos Panamá, ¿sería justo decir “el país al revés”? Veamos algunos eventos de la última semana que parecen indicar que sí.

El pasado viernes, durante una supuesta reunión de 17 miembros de la junta directiva de Realizando Metas (RM) convocada para la 1:00 p.m. -según consta en un acta-, se aprobó sancionar a los diputados de RM que no voten por Camacho como presidente de la Asamblea Nacional y, además, “facultar” a Martinelli para que revise y refrende todos los acuerdos que se pacten con otros partidos políticos. Uno de los participantes era, precisamente, Martinelli. ¿Cómo intervino en esa reunión? ¿De forma virtual o metió a toda esa gente en la embajada? Independientemente de la forma en que lo haya hecho, ¿no se supone que no podía tomar parte en ningún asunto relacionado con la política del país del que huye? ¿Habrá alguien que se atreva a impugnar la validez de esa acta, basándose en ese vicio? En realidad, las convenciones de asilo político que mantienen a Martinelli fuera del alcance de la justicia solo sirven para brindarle protección, porque cuando se trata de cumplir con las prohibiciones que tiene como asilado, él mismo se encarga de desacreditarlas ante los ciudadanos, autoridades y otros países. Si él es el primero en burlarse de esos convenios, ¿para qué paga a un abogado para que repita como un papagayo que su cliente es un “perseguido” político? ¿Acaso se divierte viendo al letrado hacer el ridículo?

Mientras algunos abandonan el anonimato desde su refugio en la embajada, otros se esconden tras máscaras para figurar en la galería de presidentes del Palacio de las Garzas. Así aparece Nito Cortizo, según se aprecia en un video compartido por la primera dama, en el que muestra varias estancias de la Presidencia de la República. Pero este exabrupto tiene su lado positivo: por un lado, queda confirmado que en este periodo había un enmascarado en el Palacio y ahora solo falta que se confiese; por otro lado, en adelante será más fácil identificar a quien duplicó la deuda pública de Panamá en un solo quinquenio.

Hablando de enmascarados… ¿a quién se le ocurrió enviar a la esposa de un convicto prófugo a recoger en otro país la banda presidencial que le pondrán al próximo mandatario? Este debe ser uno de los pocos desafíos que faltaba por cumplir en el reality show de la clase gobernante. Y, después de todo, ¿ese avión es de Mulino? Porque si no lo es, es bien sabido que esos favores no suelen ser gratuitos. Hubiera sido mejor dejar que Petro viniera a desenterrar sus huesos y, de paso, trajera la banda. Quid pro quo.

Martinelli no solo inundó la economía con monedas que no tienen valor, sino que ahora nos ha restregado en la cara que aparentemente estas no valen nada: él mismo advirtió que si se retiran los “martinellis”, habrá que reponerlos con dólares “de verdad”. Es como si alguien entrara en nuestra sala, arrojara basura en ella y luego se molestara porque alguien más dice que la va a recoger. No se puede descartar que asuma esa posición porque es otra oportunidad para avergonzar a Panamá, como el único país con una moneda que coloquialmente lleva el nombre de un lavador.

Después de leer estas cosas, quizá debamos desear que el mundo esté al revés. Tal vez así Panamá encaje mejor en él.