Hoy, en La Prensa, despedimos con profundo pesar al ingeniero Gilberto Guardia, una figura clave en la historia de Panamá y un pilar fundamental en el nacimiento de este medio. Reconocido como el primer administrador panameño del Canal de Panamá, su legado trasciende esta hazaña histórica. Su valentía y convicción por la libertad de expresión lo llevaron a convertirse en un héroe para todos nosotros.
En momentos en que pocos se atrevían a apoyar un diario independiente en medio de una dictadura, el ingeniero Guardia dio un paso al frente con firmeza y determinación. No solo donó el terreno para la sede de La Prensa, cuando incluso alquilar un espacio era un acto de valentía, sino que también fue a través de su empresa, Díaz y Guardia, que se diseñaron y construyeron nuestras primeras oficinas. Gracias a su generosidad y a su compromiso con la libertad de prensa, este medio tuvo un lugar donde comenzar a contar la verdad, a pesar de las adversidades.
Su acto desinteresado fue más que un gesto de apoyo; fue un acto de resistencia y esperanza. Nos brindó un espacio físico, pero también un espacio simbólico para la libertad y la democracia en un tiempo en que la voz de los ciudadanos parecía silenciada.
Hoy, desde este medio que ayudó a edificar, le decimos adiós con el corazón lleno de agradecimiento. Su legado vive en cada palabra impresa y en cada verdad contada. Su ejemplo de integridad y coraje nos inspira a seguir adelante, defendiendo los valores por los que él tanto luchó.
A sus familiares, les enviamos nuestras más sinceras condolencias. Sepan que el ingeniero Gilberto Guardia siempre será recordado como un amigo valiente de La Prensa y un defensor incansable de la libertad.
Descanse en paz, ingeniero Guardia. Su legado perdurará siempre en las páginas de la historia y en el corazón de quienes creen en un Panamá libre.