Opinión

Tal Cual

VIP. La visita de Marco Rubio coincide con el partido entre el Inter Miami y el Sporting San Miguelito, que se jugará el próximo domingo a las 5:00 p.m. en el estadio Rommel Fernández. Ojalá que no haya habido ningún intento de enviarle boletos de entrada a algún funcionario, como sí lo hizo la marina del oficial estadounidense interesado en todo este pleito.

ACHAQUES. Cada vez que Martinelli ha querido algo dudoso o al margen de la ley, resulta que le duele algo, unas veces con el apoyo del mismo doctor que ahora está siendo investigado por el cobro irregular de servicios médicos a veteranos estadounidenses. Ahora anuncia que necesita pasar por quirófano por “problemas gástricos”, pero esa cirugía está siendo saboteada, según él, por “funcionarios” que “prefieren verme muerto”. Durante una década, responsabilizó a dos administraciones (una panameñista y una perredé). Incluso criticó al sistema de justicia panameño y alababa al de Estados Unidos, hasta el día en que lo mandaron a un centro de detención en Miami. Luego, lanzó la campaña “Martinelli es Mulino y Mulino es Martinelli”, presagiando lo que sucedería si Mulino ganaba. Parece que llegó la hora del nuevo cambio de discurso. Otra vez, alguien del Gobierno Central es culpable de la suerte que él mismo se ha construido y por la que está condenado por blanqueo de capitales. ¿A quién será el próximo al que culpará?

CHIFEO. Mulino no se ha dado por aludido respecto al último achaque del prófugo. “Yo no respondo en base a Twitter”, dijo ayer. Eso, sin duda, es un gran avance, teniendo en cuenta lo que hacían sus antecesores. Había uno que hasta destituía a sus ministros por esa vía. Después de todo, lo de los problemas gástricos no debería sorprender. Si se la pasa haciendo barbacoas, pero ya nadie lo visita -como él mismo lamentó-, todo ese banquete para una persona y un perrito debe requerir una buena tanda de antiácidos.

‘BODY CAM’. En la Asamblea se aprobó, en primer debate, un proyecto para que los policías lleven cámaras corporales en las camisas de sus uniformes. Si la iniciativa se convierte en ley de la República, será necesario dotar de equipo a los casi 19,000 agentes que hay en el país. ¿Está incluida esa compra en el presupuesto de la Policía Nacional o esto se convertirá en una de esas leyes que no se cumplen? Porque si no, este podría ser el “pitazo” que da inicio a la carrera por los traslados de partida, cuando los dineros del Estado terminan donde nunca nadie imaginó.