Opinión

Tal Cual

EDUCACIÓN. Ayer reapareció Laurentino Cortizo para inaugurar un salón que lleva su nombre y el de su esposa Yasmín en el centro ejecutivo del Incae Business School. También estuvo José Raúl Mulino, pero para participar en la apertura de otra sala, en otra parte del edificio y a otra hora. Fino sentido de la oportunidad.

PARALELA. Parece que, después de todo, sí hay alguien dispuesto a castigar a aquellos servidores públicos que abusan de sus cargos para obtener beneficios personales indebidos. Desde diciembre pasado, está vigente en Estados Unidos la Ley de Prevención de la Extorsión Extranjera (FEPA, por sus siglas en inglés), que sanciona con penas de multa y hasta prisión a aquellos funcionarios de gobiernos extranjeros que pidan o acepten coimas de empresarios o ciudadanos estadounidenses (para los cuales también existe otra norma aplicable, la denominada FCPA). Precisamente, en la nota que dirigió al procurador Caraballo en junio pasado, el FBI hace referencia a una empresa cuya casa matriz está en Estados Unidos, por tanto, en este caso sería aplicable la nueva norma. La población ya debería haber entendido que ladrón no es solo el carterista que aguarda a su víctima, agazapado en una esquina. También hay delincuentes ensacados, emperfumados y refrigerados en entidades del Estado y en las oficinas más pomposas y exclusivas del país. Y esos están acostumbrados a robar millones.

PLATILLO. Ayer ocurrió uno de los momentos más surrealistas en la historia republicana de las consultas ciudadanas: el del orador que, ocultando su identidad por “razones de seguridad”, pidió que se refirieran a él como “Tonkazttzu”. Tito Afú pudo haber elegido llamarse Tonkatsu, que es un popular plato de la gastronomía japonesa, o puerco frito apanado, como le dirían en Guararé. Esta es solo una pequeña muestra de la “seriedad” con la que algunos están abordando el tema de las reformas a la CSS.

PÚA. En la lista de oradores de este jueves está Guillermo Puga, dirigente sindical que, por varios lustros, ha sido miembro de la junta directiva de la CSS, la cual incluso presidió en dos ocasiones. Seguramente es parte de esa “mafia enquistada” en la institución, a la que aludía el presidente Mulino. Si Puga no aportó nada para evitar la crisis actual de la institución en todos los años que estuvo ahí, ¿qué irá a decir ahora? No estaría mal que aprovechara la tribuna para entonar un mea culpa.