Política

Sábado Picante: Un tufillo a hipocresía

Asignan 9.3 millones de dólares para remodelar el Palacio de las Garzas Palacio de Las Garzas, sede de la Presidencia. Archivo (Corprensa)

La hipocresía es tan cotidiana en la política que es considerada una “virtud” obligatoria para el aspirante a un cargo público. No abordaré el tema en lo que respecta a Nito Cortizo, del cual diré solo lo que sé de él: de presidente solo tuvo la banda, porque quien desempeñó el cargo fue su candidato perdedor. Por eso, cuando ese cantante de toldo, morisqueta de cantina y nuevo político rico quiso “reelegirse”, sufrió una lección de vida de la que jamás se recuperará, porque este fue su gobierno, no el de Nito. Jamás se repondrá de su ridícula campaña electoral ni de su paupérrimo papel como funcionario. Es irrepetible, alguien que Darwin describiría como el último homo erectus.

Su hipocresía lo destinó al fracaso y esa misma hipocresía la empiezo a sentir en el nuevo gobierno. Ese tufillo me viene de los diputados de RM y de funcionarios que, aunque no están bajo los focos, habrá que vigilar, como el Ministerio de Gobierno y una de sus dependencias: el Sistema Penitenciario, cuyas titulares son martinellistas acérrimas: Dinoska Montalvo y Mariela Jiménez, respectivamente. El presidente electo dijo esta semana que su amistad con el refugiado termina donde empieza la ley, pero pone a estas políticas justo donde Martinelli las querría. Lo dicho: el olor a hipocresía empieza a sentirse.

En cuanto a los diputados electos de RM, veo que eligieron candidata a la presidencia de la Asamblea Nacional (AN) a Dana Castañeda, quien recibió $11.2 millones de fondos públicos en el gobierno de su patrón y de quien no tenemos idea de por qué buena parte de ese dinero terminó en cuentas en bancos de la localidad. (Aunque, para ser sinceros, sí tenemos una idea). Castañeda fue de las que más fondos recibió, por lo que debemos preguntarnos si su adicción al dinero se curó siendo subsecretaria de la AN. No lo creo; eso es como tratar de que un alcohólico deje de beber yendo todos los días a una cantina. Su candidatura va directamente en contra del discurso de Mulino, pero no lo culpo a él, sino al refugiado, ya que Castañeda es otra fanática martinellista. Y el olor sigue expandiéndose.

El 1 de julio veremos si hubo acuerdos bajo la mesa, y si los hubo, cómo se materializan en la elección de la junta directiva de la AN. Veremos de qué está hecho Mulino o si Martinelli tuvo éxito en conseguir el control parcial del gobierno. Los componentes de esas alianzas pasan por las bancadas del PRD, CD y sus partidos satélites. Mulino hizo bien en reunirse personalmente con las bancadas electas, pero falta la prueba final: qué tan vigoroso es su llamado a la gobernabilidad y su capital político en la AN. Su gobierno depende de eso. Pero si gana el refugiado, el olor será apenas soportable.

A los interesados en vigilar, no perdería de vista las actividades en la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati); el mall de Tocumen, S.A.; los consulados en Asia y Europa; la Caja de Ahorros, y los próximos nombramientos en la Contraloría, el Ministerio Público, la Corte Suprema, el Tribunal Electoral y el Canal de Panamá, entre otros. Por ahora, no es color de rosa el aroma del nuevo gobierno. Eso sin contar el tren ni el retorno del temido caballo alado israelí, el cual no es un mito.