El tiempo ha demostrado que la prevención de enfermedades tiene mejores resultados que la curación. Si nos mantenemos saludables, tanto física como mentalmente, nos beneficiamos a nivel personal, familiar y social. El enfoque preventivo nos ayuda a evitar enfermedades, mejorar la calidad de vida y mantenernos activos y productivos. Es una responsabilidad compartida entre el personal de salud, el Estado y la ciudadanía. Los beneficios son innumerables, con una mejor relación costo-beneficio para la persona, la familia y el Estado.
La prevención se enfoca en adquirir hábitos saludables como una buena nutrición, la actividad física, la vacunación —sí, ¡los adultos también!—, dejar de consumir productos de tabaco, incluidos los llamados vapes, y realizarnos chequeos regulares cada año. Hay quienes dicen que la comida saludable es cara, pero más cara resulta una enfermedad.
A veces es difícil hacer tiempo para cuidarnos debido a las responsabilidades diarias. Sin embargo, al cuidar nuestra salud podemos tener más energía para hacer las cosas que disfrutamos y ser más productivos, reduciendo la dependencia de medicamentos y tratamientos costosos.
Las determinantes sociales de la salud son factores que afectan de manera favorable o negativa la salud de las personas. Se refieren a las condiciones en las cuales nacemos, vivimos, trabajamos y envejecemos: educación, acceso a servicios de salud, entorno físico, comportamientos de salud y factores psicológicos. Son primordiales para conformar el bienestar de la sociedad e incluyen condiciones vitales como el entorno de vivienda, el sentido cívico de comunidad, el conocimiento adquirido a lo largo de la vida, un ambiente natural vibrante, un trabajo y una economía significativos, servicios de salud básicos, seguridad y un transporte público confiable. En nuestro entorno aún se carece de condiciones básicas para garantizar la salud óptima de los panameños.
Debemos fortalecer la educación para la promoción de la salud, la infraestructura tecnológica, el acceso abierto a datos públicos, mantener la salud pública basada en criterios técnicos y científicos, alejada del entorno político, mejorar la red vial, vigorizar nuestro entorno natural y brindar las herramientas y recursos adecuados a los funcionarios técnicos para contribuir al bienestar de la población. No se trata de exigir más hospitales, sino de garantizar mayor acceso a comida saludable, parques, aceras y servicios de detección temprana de enfermedades. Los ciudadanos debemos mantenernos informados y asumir un rol activo en el cuidado de nuestra salud mediante la prevención.
La autora es investigadora en salud pública, docente de la Universidad de South Florida e integrante de Ciencia en Panamá.

