Opinión

Partidocracia, Moca, Vamos e independientes

Es cierto que la Constitución de Panamá establece un sistema político basado en partidos políticos, pero el Tribunal Electoral, como institución autónoma encargada de regular las elecciones, ha permitido la participación de candidatos independientes. Este hecho ha generado un debate sobre la coherencia entre el sistema de partidos políticos y la apertura a la candidatura independiente.

El sistema político de partidos y la participación de independientes

La inclusión de candidatos independientes en las elecciones ha sido una de las medidas que se ha tomado en Panamá para fortalecer la democracia y aumentar la representatividad del sistema. La idea es ofrecer a los votantes una opción más allá de los partidos tradicionales, que en algunos casos se perciben como alejados de las necesidades reales de la población o dominados por intereses particulares. Sin embargo, como señalas, esto puede debilitar al sistema de partidos, que es el que la Constitución establece como pilar fundamental del orden político del país.

Al permitir la participación de independientes, el Tribunal Electoral ha creado una opción que, por un lado, responde a la demanda de mayor pluralidad política, pero, por otro, podría estar fragmentando aún más el espectro político, especialmente cuando los partidos no se reorganizan o se fortalecen de manera interna. En lugar de fomentar una competencia sana entre partidos, el sistema de candidaturas independientes podría contribuir a la atomización política y a la falta de cohesión en la toma de decisiones.

La desgastada democracia electoral

El sistema electoral panameño establece elecciones cada cinco años, lo que implica largos periodos en los que la participación activa de los ciudadanos está limitada a las urnas. Este modelo genera un ciclo político en el cual los actores del sistema democrático—ya sean partidos o individuos—enfrentan la fatiga y el desgaste de un gobierno que a menudo está desconectado de las inquietudes y necesidades del pueblo, hasta el siguiente periodo electoral.

Al no haber mecanismos frecuentes de consulta popular como referéndums, iniciativas populares o mecanismos de rendición de cuentas periódicos, los ciudadanos tienen pocas oportunidades para influir directamente en la política fuera de las elecciones. Esto puede contribuir a una desconexión entre los votantes y sus representantes, y hacer que la política se perciba como un ciclo cerrado donde los intereses de los partidos predominan sobre los intereses de la ciudadanía.

El desgaste del poder público

El desgaste al final de los períodos de gobierno es un fenómeno común en muchas democracias, especialmente en sistemas donde las elecciones son cada varios años y no existen mecanismos de control o rendición de cuentas constantes. Los políticos, al concentrarse en asegurar su reelección, a menudo se ven atrapados en un ciclo de promesas y medidas que pueden no ser sostenibles o eficaces, lo que lleva al agotamiento y al descrédito de las instituciones políticas.

Además, el hecho de que los políticos permanezcan demasiado tiempo en el poder también puede fomentar la perpetuación de estructuras clientelistas o una desconexión con las nuevas generaciones de votantes que, a menudo, demandan mayor transparencia, participación y reformas profundas en los sistemas políticos y económicos.

Reflexión final

Es necesario encontrar un equilibrio entre la apertura a nuevos actores políticos, como los independientes, y la necesidad de fortalecer los partidos políticos como una estructura central en la democracia. El Tribunal Electoral juega un papel clave en este proceso, y su función debe ser no solo la de permitir la inclusión de nuevas opciones, sino también promover un sistema político sólido, transparente y funcional.

Para mejorar la democracia en Panamá, podría ser útil considerar la introducción de mecanismos de consulta popular más frecuentes, o incluso la reforma del sistema de partidos para hacerlos más representativos y cercanos a la ciudadanía. El desafío radica en fortalecer las instituciones, mantener la participación activa de los ciudadanos y evitar que el ejercicio del poder se convierta en un ciclo de desgaste.

El autor es abogado.