Opinión

La salida a la hiper-centralitis crónica de Panamá

Últimamente hemos sido testigos de las tensiones entre los representantes de corregimiento y los alcaldes de tres de los cinco municipios del Área Metropolitana de la Ciudad de Panamá causada por las limitaciones en la distribución de los fondos de funcionamiento e inversión presupuestados para los corregimientos.

Si bien es cierto que sin dichos fondos sus respectivas juntas comunales no pueden brindar los servicios y proyectos demandados por sus comunidades de manera sostenible, cabe preguntarse cómo llegamos a este punto y, sobre todo, cómo podemos salir de este atolladero. El resolver este problema será clave para restaurar y asegurar la legitimidad de nuestro sistema político.

¿Por qué? Sencillamente porque para la gran mayoría de los seres humanos nuestra relación con el gobierno comienza y termina dentro de los radios de 500 metros que circundan los lugares donde vivimos, estudiamos, trabajamos, hacemos negocios, nos entretenemos y rendimos culto a Dios o sea nuestro mundo inmediato. Es en este mundo inmediato donde radican nuestras familias y demás relaciones sociales con las que se fundamenta nuestro sentido de comunidad y el territorio donde ocurre nuestra verdadera patria.

Tradicionalmente, nuestro régimen municipal, centrado en los Cabildos, desde su fundación en el siglo XVI hasta el siglo XX tenían el poder de poder resolver directamente y fueron el motor del desarrollo social y cultural de nuestras comunidades…hasta el surgimiento del Estado Nación Moderno que fue acaparando y socavando su poder para atender problemas locales y sobre todo robándole el control sobre su fiscalidad.

¿Y todo esto para qué? ¿Ha demostrado el Gobierno Central ser ese justo y racional administrador de la cosa pública? ¿Han demostrado sus ministerios y entidades centralizadas la capacidad para atender las denuncias y las necesidades de nuestras comunidades? ¿Pueden sus funcionarios e inspectores cubrir tanto territorio en tiempo perentorio para atender toda clase de denuncias? ¿Qué tal delegar en los municipios?

Para añadir más complejidad al asunto, los municipios también se encuentran con un mundo cada vez más complicado, con territorios más densamente poblados, lo que ha llevado a crear nuevos municipios o a crear nuevas subdivisiones administrativas. Panamá en su caso decidió crear las juntas comunales, pero sin darles una base fiscal sobre la que sostenerse haciéndolos dependientes de las alcaldías para atender problemas muy locales reproduciendo el problema de las entidades centralizadas. Para rematar muchos municipios y corregimientos han sido creados también sin una base fiscal lo suficientemente robusta para justificar su existencia.

La solución resulta ser obvia: Primero fusionar corregimientos cercanos hasta lograr la base fiscal necesaria para sostener la administración del nuevo corregimiento y que este también sirva de sostén para el distrito con los demás corregimientos. En caso de no lograr dicha solvencia, deberían fusionarse municipios vecinos hasta lograr la necesaria solvencia fiscal y fortaleza administrativa además de atraer la inversión privada y estimular la economía en sus territorios.

Segundo, invertir la pirámide fiscal y desaparecer la Autoridad Nacional de Descentralización, siendo las juntas comunales las primeras encargadas de recaudar los impuestos y sus comunidades las primeras beneficiarias, seguidos por los municipios y finalmente el gobierno central. Para muchos esto no resulta tan obvio tomando en consideración la calidad de representantes y alcaldes que típicamente se eligen y la calidad de instituciones que estos políticos y sus ciudadanos generan. ¡Pero esto no se resuelve acudiendo al gobierno central! Si algo nos demostró el último gobierno es que la ignorancia, incapacidad y corrupción no es patrimonio exclusivo de representantes y alcaldes.

En lugar de pelearse, esta es la oportunidad para que se unan los representantes con sus alcaldes para fortalecer sus municipios atrayendo la inversión privada y estimular la actividad económica en sus comunidades para aumentar así la recaudación fiscal, pero para que esto tenga éxito debe haber una coordinación efectiva y un sistema de repartición de beneficios justo que compense el esfuerzo tanto de representantes como de alcaldes para hacer sus municipios brillar.

El autor es subdirector de Planificación Urbana del Municipio de Panamá.