En Bocas del Toro, el reclamo sindical legítimo ha sido secuestrado por una dirigencia incapaz de desmarcarse de la opacidad. Mientras miles de familias enfrentan desempleo, desabastecimiento y hospitales al borde del colapso, surgen denuncias de pagos en efectivo —“dinero en mano”— para sostener cierres y sobornos en los bloqueos. ¿En nombre de quién se cobra ese peaje? ¿De los despedidos de Chiquita? ¿De los que no llegan al hospital?
Los trabajadores bananeros merecen respuestas y liderazgo honesto. No basta con exigir cambios a la Ley 45 si quienes alzan la voz actúan sin transparencia, sin rendición de cuentas y sin estrategia clara. Francisco Smith, dirigente de Sitraibana, pide diálogo, pero ¿cuánto control tiene realmente sobre los cierres?
El Estado debe asumir su rol y abrir canales reales de negociación, pero también es hora de que la dirigencia sindical rinda cuentas. La protesta no puede ser excusa para el abuso. La justicia social se defiende con dignidad, no con clientelismo disfrazado de resistencia.