Panamá enfrenta hoy un reto tan trascendental como el de 1964, cuando rompimos relaciones con Estados Unidos, o el de 1978, cuando firmamos los Tratados Torrijos-Carter. Un desafío que exige madurez, firmeza y visión estratégica. No hay espacio para errores, ni para reacciones impulsivas, pero tampoco para la sumisión o la tibieza.
La verdad está de nuestro lado: el Canal es panameño. Ha sido operado con éxito por panameños durante 25 años y así seguirá siendo. Al mismo tiempo, Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, y queremos que esa relación se mantenga, pero siempre sobre la base del respeto y la transparencia.
La responsabilidad de esta reunión con el Secretario de Estado de EU y el encargado para Latinoamérica recae sobre el presidente José Raúl Mulino, pero detrás de él está todo Panamá. Porque si hay algo que une a nuestra nación es el Canal: más que una obra de infraestructura o una fuente de ingresos, es el corazón de nuestra soberanía.
Panamá es una nación libre y soberana. Con dignidad y determinación, avancemos en la defensa de lo que nos pertenece.