El Pacto de Estado por la Justicia nació en 2005 como respuesta a la crisis provocada por las denuncias del exmagistrado Adán Arnulfo Arjona sobre corrupción y fallos que beneficiaron a narcotraficantes. Fue un acuerdo histórico que dio origen a reformas como la carrera judicial, el Sistema Penal Acusatorio, la reorganización del Órgano Judicial y el fortalecimiento de la defensa pública. En sus mejores años, el Pacto transparentó la selección de magistrados, evitando que la Corte se llenara de “compadres” y “amigos”. Sin embargo, su credibilidad se debilitó con recomendaciones cuestionadas, como la de Hernán De León, protagonista del bochornoso “me grabaron, me grabaron”. También hubo periodos de parálisis, especialmente bajo el gobierno de Ricardo Martinelli, cuando el hoy presidente José Raúl Mulino era ministro. Hoy, Mulino ha decidido excluir al Pacto de la escogencia de dos nuevos magistrados. La Constitución da al Gabinete la facultad de nombrar y a la Asamblea de ratificar, pero si los diputados avalan sin escrutinio y la ciudadanía calla, no será omisión: será complicidad. La justicia de la próxima década está en juego.
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Hoy por hoy: El Pacto, la Corte y la hora de la verdad
08 ago 2025 - 05:04 AM