La reciente sesión de la Asamblea Nacional marca un hito legislativo. Sin duda, vientos de cambio han llegado con la entrada de nuevos diputados, muchos de ellos jóvenes menores de 35 años. Destaca especialmente la participación de los independientes, bajo el liderazgo de la coalición Vamos, quienes han promovido un enfoque renovado centrado en los intereses generales sobre los particulares. En este nuevo capítulo, se ha evidenciado un decidido rechazo a una propuesta que generaba terribles conflictos de interés, una propuesta que buscaba permitir a algunos diputados abogados litigar. Este gesto demuestra un compromiso claro con la ética y la transparencia, sentando un precedente importante para la integridad legislativa. Panamá, tierra de contrastes y paradojas, encontró ayer en la Asamblea un reflejo más fiel de las aspiraciones y necesidades de su población. Es alentador observar cómo los nuevos representantes se alzan para defender los principios fundamentales de justicia y equidad. Este nuevo grupo de líderes legislativos está llamado a marcar una diferencia significativa, enfocándose en la creación de leyes que fortalezcan las instituciones, protejan los derechos ciudadanos y fomenten el desarrollo integral del país. Sería imperdonable permitir el retorno de las nefastas viejas prácticas.