El discurso del presidente José Raúl Mulino sobre la necesidad de reducir el “Estado gordo” no se refleja en acciones concretas. A pesar de insistir en que un gobierno sobredimensionado ahuyenta la inversión, los datos muestran que la planilla estatal sigue en aumento, especialmente en instituciones como la Asamblea Nacional y la Presidencia. Solo en noviembre se sumaron 3,999 nuevos funcionarios, elevando el total a 263,855 empleados, una cifra superior a la del cierre del quinquenio anterior. Lo más preocupante es que este crecimiento ocurre mientras el propio Gobierno promete una reestructuración administrativa que incluye la eliminación de ministerios y secretarías. Sin embargo, no hay indicios de que estas medidas se estén implementando. Mientras tanto, el gasto en salarios sigue en ascenso, comprometiendo la estabilidad fiscal del país. Si las declaraciones del presidente sobre la eficiencia estatal no se traducen en decisiones firmes, la crisis de confianza y la falta de inversión seguirán marcando el panorama en Panamá.
Opinión