Opinión

El verdadero Día del Niño

Recientemente, en la Asamblea Nacional se discutió y aprobó en tercer debate la ley que declara el 1 de noviembre de cada año como el Día del Niño y de la Niña. Aunque es una ley que invita a conmemorar a los niños en esa fecha, el espíritu de dicha ley está lejos de la realidad de cuidar y brindar todos los derechos que los niños se merecen.

El verdadero Día del Niño será cuando se les brinde educación de calidad a todos. Cuando ya no existan escuelas ranchos ni instalaciones educativas en estado deplorable. Los niños prefieren leyes que los beneficien para siempre, no solamente una ley que celebre un día.

El verdadero Día del Niño será cuando los niños en la comarca tengan vías de acceso dignas para ir a sus escuelas. Que puedan cruzar ríos por puentes y no arriesgar sus vidas lanzándose a caudalosos ríos para estudiar y soñar con un futuro mejor a través de la educación.

Es lamentable e incoherente que, el mismo día en que se aprobó esta ley en tercer debate, un niño de noveno grado haya perdido la vida cruzando un río en Cerro Gavilán de Muná, en la comarca Ngäbe Buglé. Ya son más de diez niños los que han muerto cruzando ríos para poder ir a estudiar.

Es sorprendente y admirable cómo ellos mismos cuentan que deben caminar hasta cuatro horas para llegar a la escuela, cruzando no solo ríos y quebradas, sino también zonas montañosas, muchas veces bajo fuertes lluvias y truenos. Pareciera que es más importante para la Asamblea hacer leyes para celebrar un día a los niños, que legislar para resolver los problemas y necesidades reales que enfrentan.

El verdadero Día del Niño será cuando no tengan que pasar hambre. Cuando en sus casas y escuelas puedan recibir alimentos de calidad, y no simples bolsitas de galletas. El verdadero Día del Niño será cuando se erradique el trabajo infantil, y la única preocupación de los niños sea estudiar y jugar.

Cada vez es más común ver a niños en los semáforos o en los tranques vendiendo sodas o golosinas, cuando deberían estar en la escuela o jugando en los parques. Pero como tampoco hay parques de calidad ni planes de recreación sana, muchos niños caen en el flagelo de las drogas y la delincuencia, donde lo único que aprenden es a delinquir.

Por eso es crucial tener parques dignos y canchas en buen estado para que puedan entrenarse en distintas disciplinas deportivas. Los planes culturales, como el teatro o la música, también juegan un papel importante en el desarrollo integral de los niños.

El verdadero Día del Niño será cuando cualquier niño tenga acceso a un sistema de salud digno, eficiente y cercano. Actualmente, el país solo cuenta con un hospital pediátrico, y aunque se está construyendo uno nuevo, este se encuentra en la capital. Es decir, que todos los niños del interior deben viajar a la capital para recibir atención especializada. No es justo que, con un presupuesto de miles de millones de dólares, no se puedan construir y equipar uno o dos hospitales pediátricos en el interior.

El verdadero Día del Niño será cuando ningún niño sufra de violencia doméstica, o peor aún, de abuso sexual. Los abusadores deben ser castigados severamente, y esta información debe ser pública para evitar más casos de abuso. No se debe proteger al victimario bajo ninguna circunstancia.

El verdadero Día del Niño será cuando se hagan leyes que permitan a los niños vivir en familia, en paz y armonía, en un país con oportunidades, donde se respeten todos sus derechos y se les permita soñar con lo que quieran ser.

El autor es trabajador independiente