El Puente de las Américas es una de las infraestructuras más emblemáticas de la República de Panamá y un símbolo de conexión entre continentes. Sin embargo, en los últimos años han surgido interpretaciones erróneas sobre su origen, atribuyéndolo incluso a supuestas influencias culturales chinas, lo cual no se corresponde con la realidad histórica.
El puente se inauguró en 1962, con el propósito de facilitar el tránsito terrestre a través del Canal de Panamá. Antes de recibir su nombre actual, se conocía como el Puente del ferry Thatcher, en referencia al sistema de ferry que anteriormente permitía a personas y vehículos cruzar en ese punto estratégico.
El cambio de nombre a Puente de las Américas tenía un profundo significado simbólico, ya que representa la unión física entre América del Norte y América del Sur. Su construcción respondió a una necesidad de desarrollo, integración y modernización del país, y no a influencias culturales externas.
Como sociedad, es fundamental defender la verdad histórica de nuestras obras nacionales. Asignar orígenes incorrectos no solo desinforma, sino que también debilita el verdadero valor de los símbolos que forman parte de nuestra identidad y memoria colectiva.
En conclusión, el Puente de las Américas no está relacionado con la cultura china, sino con el Canal de Panamá y el progreso nacional. Conocer y compartir su verdadera historia es una responsabilidad cívica y cultural.
El autor es abogado.


