Opinión

Comentarios sobre la última guerra en Gaza

La primera fase de tres del alto al fuego entre Israel y Hamás ha comenzado. De este resultado dependerá si la fase dos y tres se llevan a fruición.

¿Acaso no fue el monstruoso Führer de Alemania quien comentó a su intérprete Schmidt que empezar una guerra era como abrir la puerta a un cuarto oscuro: uno no sabe con qué se encontrará? Es algo presuntuoso de mi parte tratar de sacar conclusiones sobre un evento tan reciente que, estoy seguro, necesitará lustros, décadas y hasta más para ver sus resultados. Hamás es una idea, un movimiento político, y no es fácil destruirlo del todo. El mayor logro de este movimiento en esta guerra fue volver a traer al tapete el tema palestino, relegado en su momento a un segundo plano por los Acuerdos de Abraham, en los cuales algunos países del Golfo iniciaron relaciones diplomáticas con Israel, culminando con la joya de la corona: las relaciones entre el Reino de Arabia Saudita e Israel. ¿Qué obtuvieron a cambio? Por lo menos 15,000 combatientes muertos, sin contar los miles de civiles (cada muerte es una tragedia), el 70 % de destrucción de las infraestructuras de las ciudades de Gaza, un liderazgo diezmado, pero también la libertad de miles de combatientes, muchos de ellos con sangre reciente en las manos. También se decapitó a la cúpula dirigente de Hamás. Israel no eliminó enteramente a Hamás, pero logró disuadir a este movimiento: que lo piense cincuenta veces antes de emprender un nuevo ataque.

En el caso de Líbano, Israel probó que Hezbolá no era el tentáculo de Irán que tanto se temía: eliminó a su liderazgo (Nasrallah, entre otros) y destruyó incontables arsenales de armamento. En cuanto a Siria, después de casi trece años de la Primavera Árabe, el régimen sanguinario de la familia Asad finalmente cayó. Esto es importante desde el punto de vista logístico, ya que Irán utilizaba el territorio sirio para proveer armas a Hezbolá y a su proxy, Hamás. El gran perdedor, a mi juicio, es Irán, que mantiene una especie de anillo de proxies (agentes) de fuego rodeando Israel, y que, al final, no logró ni parte de su cometido.

Este conflicto, de más de 444 días, ha cambiado la realidad geopolítica del Medio Oriente, sin contar lo imprevisto que pueda surgir en las ruedas de la historia. ¿Quién llenará ese vacío? Los expertos apuntan a Arabia Saudita, que, sin haber luchado, podría llevarse un gran botín geopolítico.

Ningún analista es totalmente imparcial, y confieso que yo tampoco lo soy. Un estado palestino junto a Israel solo se dará cuando los enemigos del estado judío se convenzan de que no pueden derrotarlo militarmente.

El autor es internacionalista.