Política

Brunch Dominical: El mensajero de la embajada

Eddy Rodríguez, embajador de Panamá en Nicaragua. Eddy Rodríguez, embajador de Panamá en Nicaragua.

En algún momento, usualmente temprano de la vida adulta, la mayoría de las personas buscará una ocupación retribuida que les permita mantenerse a sí mismos y, quizá, eventualmente, a una familia. El arma —no tan secreta— que con ese fin utilizan millones de aspirantes a una posición en el mundo laboral es una hoja de vida. En muchos casos, ella suele contener la verdad, aunque contada de forma creativa. Pero lo que en plena era de la inteligencia artificial ha hecho el nuevo embajador de Panamá en Nicaragua seguramente no tiene precedentes en nuestro país. Aunque resulte difícil de creer, entre los atributos que Eddy Rodríguez considera que lo legitiman para ocupar ese cargo se encuentran su bachillerato en ciencias y sus conocimientos en los programas Word, Excel y PowerPoint y en redes sociales como Facebook y Twitter… ¿Es esto una broma? Ni siquiera es algo que no tenga un adolescente promedio recién graduado de secundaria. ¡Ah!… pero también tiene licencia de conducir tipo “F” y cuenta con vehículo propio. ¡Bien por él! Será un embajador, pero con las credenciales para ser chofer de un camión repartidor o mensajero. ¿Será que vamos a abrir una embajada rodante y él la conducirá? Otro detalle insólito es que, con estas mismas modestas competencias, ya fue embajador en Nicaragua durante el gobierno de Juan Carlos Varela (2014-2019), aunque ese dato no lo anotó en su hoja de vida. ¿Por qué habría omitido el único aspecto que parece ser sobresaliente en su historia laboral? ¿Será que esconde algo? Esto merece una buena explicación.

Desde el 7 de febrero de 2024, las relaciones de Panamá y Nicaragua han estado condicionadas por los actos de una sola persona: Ricardo Martinelli. Su presencia incluso influyó en el tamaño, mobiliario, amenidades y fauna de la embajada nicaragüense en La Alameda. Sí, hasta un perro mete allí; solo le faltó llevar una jaula para las “periquitas”. Si la relación de Panamá con el país que recibirá a nuestra estrella de la diplomacia está contaminada por la presencia de este supuesto asilado en su embajada, ¿no se requiere un conocimiento mínimo de las normas que rodean esa singular condición? Todo indica que, precisamente, la intención es la contraria. Cuando a nuestro nuevo embajador le preguntaron en la Comisión de Credenciales de la Asamblea si conocía la Convención sobre Asilo Diplomático y las restricciones por parte del asilado, dijo que no podría responder. Parece que para responder sí o no, necesita llamar a alguien más, como si estuviera concursando en ¿Quién quiere ser millonario? “La posición mía es elevar esto a mis superiores”, agregó. ¿A qué superiores se refiere? ¿Al mismo que hace una semana opinó que Martinelli se ha asilado en la embajada de Nicaragua, “ejerciendo un derecho que deriva de acuerdos bilaterales recogidos en tratados internacionales”? ¿Cuál derecho es ese? ¿Las condenas por blanqueo de capitales ya dejaron de ser parte del derecho? Lo que sí tiene Martinelli es una orden de captura emitida por un juzgado. Pero él no cumple ni con su condena ni con la convención sobre asilo. Antes, cuando fue abordado por las constantes intervenciones políticas de Martinelli desde la sede de la embajada, Mulino dijo escuetamente: “La Cancillería está en eso”. Es curioso que el presidente no vea un grave conflicto de interés al poner este asunto en manos del hermano de otro de los condenados en el caso New Business. La gran diferencia es que Martinelli fue condenado a 128 meses de prisión y el hermano del canciller, a 80 meses. Y ambos hacen lo posible por no cumplir el fallo de la juez Baloisa Marquínez (ratificado ya en dos instancias superiores): el hermano, con una petición de revisión de sentencia, y Martinelli, con una demanda de inconstitucionalidad.

La Prensa dejará de ofrecer (de momento…) el Brunch Dominical. A quienes degustaron los platos de esta columna cada semana, muchas gracias. Ahora esta servidora, después de 12 años, regresa al Tal Cual, donde espera seguir contando con la atención de ustedes a partir del 1 de octubre.