Política

Al Grano: Una campaña surreal

Al Grano

Esta ha sido una campaña surreal. Hasta risa daría si nuestro futuro no dependiera de ello.

Empezamos la semana de las elecciones con ocho candidatos presidenciales y todavía no sabemos con cuántos la acabaremos.

Melitón, que todavía es panameñista, corrió como independiente jactándose de que era el único independiente, y en su cierre de campaña, sorpresa…. pidió el voto para el hijo del fundador del PRD que corre por el PP. Como en las primarias de RM: un poco de gente corriendo contra Martinelli y pidiendo el voto para él. Y convenientemente Melitón no renunció a su candidatura, así que no devuelve el subsidio. Y a todo esto, las votaciones andando.

De hecho, las tres candidaturas presidenciales independientes quedaron en manos de miembros de partidos. Melitón, Gordón (que promete mejores días para Panamá usando como ejemplo a Cuba, Venezuela y China) y Zulay, que corre también para alcaldesa y diputada, con banderas distintas. De hecho, hay al menos cinco candidatos corriendo con cuatro banderas, como buenos oportunistas. Y en contraste, Gabriel y Juan Diego, los únicos que merecían reelegirse, no corrieron.

Entonces Martín, que no quería renunciar al PRD, terminó renunciando y ahora depende de los votos del PRD para ganar.

Y Martinelli, un lavador corrupto, asilado e inhabilitado, hace política abiertamente violando las convenciones del asilo. Consecuencias, cero. Para acabar, las encuestas las encabeza Mulino, un tipo que autorizó matar gente y no se arrepiente, que dijo que ayudará a Martinelli, que violaría la Constitución (porque esa constituyente originaria que él promueve no existe en la Constitución) y que apoya la minería, la misma que Panamá no quería.

¿Más surrealismos? Varela, otro corrupto según Estados Unidos y pendiente del juicio Odebrecht, postulado de número 1 por el panameñismo para el Parlacen. Como los hijos lavadores de Martinelli y como Benicio, que corre al Parlacen y a la Asamblea para dejar al hijo operando. Esto es una monarquía y los ciudadanos somos los súbditos.

Y entonces Rómulo, que dice cuestionar la corrupción, destaca que ocupó tres cargos en el gobierno CD, que “lo dio todo por ti”. ¿Ah? Y aliado con Blandón después de que sus partidos rompieron una alianza “fuerte como la roca de Gibraltar”.

Luego está Lombana, “el único bueno”, diciendo que él y Martinelli querían lo mejor para el país. Ah, y golpeando la agenda 20-30. En pleno 2024.

Y luego está el Tribunal Electoral... Habilitó a Mulino para el debate que luego suspendió, sin inhabilitar a Martinelli. Sí, al mismo Mulino que decía que iba a ir al debate… hasta que lo llamaron para ir.

El papel del Tribunal Electoral ha sido, quizá, lo más surreal. Demoró en levantarle el fuero a Martinelli alegando un principio de especialidad inexistente que no le competía y le dio por interpretar la Constitución, que tampoco le competía. Pero lo que sí le competía, como resolver que en varios corregimientos hay más votantes que censados, no lo hizo. Fuera de que cada magistrado emite públicamente una opinión distinta de la candidatura de Mulino. ¿Cuerpo colegiado? ¿Qué es eso? Y ni hablemos de los errores en la papeleta, de la suspensión de la elección que al final no fue suspensión, de la eliminación del voto electrónico en Atlapa ni del aviso de que esperan hackeos al sistema. Normal…

Luego está Toto Álvarez pidiéndole a la Corte que Mulino, un candidato que no era el suyo, corriera, y apoyándolo pese a que la subsistencia de su partido depende de los votos que saque Melitón. Ah, y antes apoyaba a Roux. Un bulto de sal. Más surrealismo. Nito, en abierta injerencia en asuntos de la Corte, declarando que Mulino debía correr. Y Gaby, que ha hecho y deshecho cuatro años, diciendo todo lo que hará en el próximo quinquenio. ¿Por qué no las hizo en este? Y encima se gastaron $7.1 millones en auxilios económicos en plena campaña, repartiéndolos como les dio la gana porque la ley y el contralor se los permitieron. Y luego está Mayer Mizrachi, candidato a alcalde del municipio más importante del país, sin preparación ni experiencia, esperando sentencia y haciendo obras sin permiso cuando, si gana, él tendría que multar a quien haga obras sin permiso. ¿Se multará a él mismo?

Aquí Gabo no hubiera tenido ni que usar la imaginación. Con relatar los hechos hubiera bastado y sobrado.