Opinión

Al grano: si nos vamos a sacrificar, nos sacrificamos todos

Al Grano con Flor Mizrachi

¿Vamos a hablar de sacrificios? Perfecto, pero que sea parejo. El gobierno tiene que recortar gastos y recuperar lo robado. Eso es indiscutible e indispensable para que puedan cumplir con el cerro de promesas que hicieron para llegar al poder. En septiembre hubo mil 771 funcionarios menos en la planilla. Qué bueno. ¿Pero adivinen? El gasto en salarios subió $2.2 millones. ¿Cómo es eso posible? ¿Y con el pocotón de botellas que tenía el gobierno pasado? Menos.

Aquí no se trata de “bótalos y ya”. Eso sería irresponsable. Más desempleo significa una economía más lenta y más gasto público. Hay que reducir la planilla, sí, pero estratégicamente. Por ejemplo, no reemplazando a los que se jubilan. Mejorando la educación para que los jóvenes sean competitivos para la empresa privada, no solo para el sector público. Digitalizando el Estado, que en efecto reemplazaría a muchos, pero haría una depuración y nos ahorraría plata, nos volvería más eficientes y ágiles y dificultaría el tráfico de influencias y la corrupción.

¿Y las jubilaciones especiales que le permiten a los miembros de la fuerza pública jubilarse antes que el resto de los mundanos y con el último salario recibido? Ese fuero, además de inconstitucional, es otro hueco. Solo este año nos costaron $104.7 millones… y el próximo año nos costarán $103.6 millones más. Eso es más que el presupuesto del Oncológico y el Hospital del Niño. Hay uniformados jóvenes, en su casa, cobrando lo mismo que ganaban trabajando, y sin darle seguridad a la ciudadanía que paga su jubilación. ¿Eso tiene sentido?

Otra cosa: los subsidios. Ahí se van más de $3 mil millones al año. El del tanque de gas, por ejemplo, cuesta $90 millones al año. Aquí hay un negocio de exportación de tanques de gas hacia Costa Rica. Eso hay que dirigirlo hacia quienes realmente lo necesitan, no a cuanto negocio y restaurante le apetezca. En verdad, habría que revisar todo lo que deja de percibir el Estado, permitido por la ley: incentivos, gastos deducibles, créditos, instrumentos… todos legales. Habría que identificar cuáles han brindado resultados y cuáles son solo una regaladera de plata.

Otra tarea pendiente que ahorraría millones es revisar la conveniencia de los alquileres del Estado y de las APP, así como las leyes especiales, empezando por los aumentos automáticos, que suman más de $300 millones al año sin ninguna contraprestación de productividad. Eso es como si en la empresa privada tuvieras un aumento automático, seas o no bueno.

¿Y los ingresos? Aquí los puertos no pagan lo que deben, aunque fueron los que más ganaron con la ampliación del Canal. Ah no, pero el gobierno pasado les extendió 20 años más los beneficios. Con el tamaño de este hueco, reducir gastos no es suficiente si no mejoramos los ingresos.

Lo otro difícil pero que hay que revisar es la reestructuración de entidades. Es impresentable tener más administrativos que médicos y docentes. No estamos garantizando ni los derechos humanos más básicos de los más vulnerables.

Y en esa línea, habría que revisar también la eliminación o fusión de entidades que duplican funciones y ni así funcionan. Cerrando hay ahorro, sí, pero fusionando correctamente también. ¿Cuáles son los resultados tangibles del ministerio de la Mujer? ¿De SerTV? ¿Funciona que hayan separado la ATTT de la Policía de Tránsito? ¿Qué hace la Secretaría de la Niñez fuera del Mides? ¿Para qué existe el BDA? Aquí hay hasta un Instituto de Innovación Agropecuaria. ¿Amerita que tengamos tantas universidades públicas, o convendría enfocarnos para lograr que los jóvenes salgan preparados para comerse el mundo y no se lo sigan comiendo los políticos?

¿Qué tal si con lo que ahorramos dejamos de pagar tanto interés y empezamos a invertir en salud y educación? Todo eso es posible, pero requiere decisiones difíciles y, sobre todo, de valentía política.

¿Sacrificios? Sí. Pero que no sigan pagándolos siempre los mismos.