Como si nada hubiera pasado, miles de turistas abarrotan este miércoles la costa tailandesa del mar de Andamán para festejar la Navidad bajo el sol de justicia que ilumina las paradisíacas aguas del Índico, igual que en 2004, cuando faltaban horas para que el más devastador de los tsunamis arrasara con todo.
Hace 20 años, la Navidad fue la víspera de un terremoto de 9.1 de magnitud en Indonesia, el tercero más potente registrado en el mundo, tras el cual se desataron olas de hasta 30 metros de altura que viajaron impetuosas por el océano y dejaron más de 228,000 muertos en 14 países, entre ellos 2,000 extranjeros que pasaban las festividades en Tailandia.
Ahora igual que entonces, la larga hilera de complejos hoteleros en Khao Lak, ubicado frente al mar de Andamán, está repleta de viajeros, muchos de ellos procedentes de países europeos que escapan del frío de su continente para pasar unos días de descanso en un lugar reconstruido prácticamente en su totalidad y con poquísimas huellas del desastre de 2004.
La memoria
En Tailandia, los recuerdos del tsunami yacen principalmente en un modesto museo ubicado en la población de Khao Lak, donde algunas fotografías y objetos contienen el rastro de la devastación, que causó pérdidas de unos 14,000 millones de dólares entre Asia y África.
Desde el aeropuerto de la isla de Phuket hasta el lugar en el que fue erigido este museo internacional, existen otros sitios que conmemoran la memoria de la tragedia, entre ellos un cementerio, un parque, una plaza y un refugio; todos con remembranzas de la Navidad de 2004 y con mensajes en los que se destaca la importancia de la acción temprana en este tipo de siniestros.
Tras las olas y las 500 réplicas sísmicas que se vivieron en estos países hasta finales de marzo de 2005, la prevención se volvió una norma ante eventuales tsunamis, un aspecto en el que Tailandia ha mostrado una lección aprendida al construir sistemas de respuesta rápida cercanos a la costa, con lo que recuperó rápidamente su sitial como destino seguro para el turismo internacional.
En las seis provincias de Tailandia que fueron afectadas por las olas de 2004, hoy existe un sistema de mediciones marinas y de alertas que le permiten enfrentar estas amenazas a tiempo, un escudo que se replica, con menor o mayor solidez, en todos los países que fueron golpeados hace 20 años.
En Khao Lak, casi cualquier turista puede hoy seguir las señales para subir a tierra segura, o en su defecto ser guiado por un local, en caso de que el mar se embraveciera nuevamente, como en la mañana del 26 de diciembre de 2004, cuando muchos perecieron bajo el agua.
La ceremonia
Para este jueves, las autoridades han organizado una ceremonia, en el museo internacional del tsunami de 2004, en la que participarán funcionarios del Gobierno de Tailandia y representantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).
Estos actos, en los que se espera la concurrencia de familiares de algunos de los fallecidos, estarán encabezados por el ministro tailandés de Interior, Anutin Charnviracul, y el secretario general de la ASEAN, el camboyano Kao Kim Hourn.
Habitantes de los 14 países afectados replicarán este jueves homenajes por los 20 años de esta tragedia, incluyendo una ceremonia que tendrá lugar cerca de Banda Aceh en Indonesia, la zona cero del tsunami y donde fallecieron 61,000 personas ese día.