Hace bastante tiempo, el volcán Barú era mucho más alto de lo que es hoy en día, y por la altura y por las bajas temperaturas tenía una cubierta de nieve que permanecía todo el año en la montaña sin derretirse. Así que sí, en Chiriquí técnicamente había nieve.
El volcán hizo erupción por última vez, lo que redujo su tamaño, y los nutrientes volcánicos ayudaron a la fertilidad de la tierra.
Ya en esta región habían varias comunidades indígenas.
Había doraces, boquerones, gualacas, buricas, bugabas; en fin, muchos cacicazgos. De ahí provienen muchos nombres de lugares, como Boquerón, Gualaca, Punta Burica, Bugaba y otros.
A todas las tribus indígenas los españoles les llamaban guaymí.
Los descendientes de ellos eventualmente se convirtieron en la comarca Ngäbe-Buglé.
La historiadora Beatriz Miranda de Cabal, docente e investigadora chiricana, sostiene que Chiriquí viene del lenguaje doraz: Shiril, que significa “luna”, y Quil, que significa “montaña”.
Según la Gobernación de Chiriquí, el nombre significa “valle de la luna” para los indígenas ngäbe-buglé.
En la época en que éramos parte de Colombia, el territorio se conocía como el Departamento del Istmo.
Ese Departamento se dividió en dos: la provincia de Panamá y la provincia de Veraguas (que incluía a Chiriquí).
Después llegó José de Obaldía Orejuela. Era un político liberal colombiano, pero nació en Panamá.
Llegó a ser senador por Veraguas y, desde ese cargo, presentó ante el Senado colombiano un decreto para dividir Veraguas en dos: Veraguas y Chiriquí.
Así, el 26 de mayo de 1849 se creó oficialmente la provincia de Chiriquí.
José de Obaldía Orejuela incluso se casó con Ana Gallegos, una mujer chiricana.
Hoy celebramos (y parte de Costa Rica también) el aniversario de la creación de Chiriquí.¡Felicidades a la provincia que tiene una vaca en su escudo! Felicidades a la provincia que tiene un himno... ¡y en el himno gritan METO!
A los que se les conoce por las fresas y el café, pero que en su esencia tienen a McPato y Chobeca Burger.
A los que comen mono, una comida de arroz, carne y tajadas envuelta en hojas de bijao, que colgaban en los árboles y decían: ¡Pásame ese mono!
¡Feliz cumpleaños, Chiriquí!
Un abrazo y nos vemos en el siguiente Frentiao.
Me avisan si me gané el pasaporte.