El rector de la Universidad de Panamá, Eduardo Flores Castro, alertó sobre los allanamientos en residencias de al menos cuatro estudiantes universitarios, algunos de ellos dirigentes. Además, la detención de dos jóvenes luego de una manifestación el pasado viernes 31 de enero, en rechazo a la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Flores lamentó que la manifestación terminara en actos de violencia, ante lo que indicó que evalúa la posibilidad de interponer denuncias ante el Ministerio Público contra la Policía Nacional.
De acuerdo con el rector, un oficial de la policía tuvo un intercambio de palabras con estudiantes que escaló hasta empujones y golpes. “El jefe policial me informó que su oficial fue hospitalizado tras ser golpeado, pero al revisar los videos se observa que la persona involucrada es una estudiante”, detalló.
Según Flores Castro, la joven respondió a la agresión del oficial, lo que provocó la intervención de sus compañeras. “Las demás estudiantes la defendieron porque el oficial la estaba golpeando mientras se manifestaba pacíficamente en rechazo a la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio”, explicó.
El rector también denunció que las autoridades policiales bloquearon las salidas de la universidad el mismo día del incidente. “Tratamos de mediar con el director de la policía, pero nos dio la espalda y nos dijo que no tenía nada más que discutir con nosotros”, afirmó.
En respuesta a estos hechos, el defensor de los derechos de los universitarios, Gilberto Marulanda, rechazó la represión policial. “La agresión a una estudiante y el asedio policial durante el fin de semana constituyen una cadena de hechos que merecen el rechazo de la comunidad académica y la sociedad panameña”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá (Apudep), José Álvaro, también condenó los hechos y rechazó la postura de la Policía Nacional. “Lamentamos las palabras del director de la policía al señalar que la universidad es un centro de delincuentes. La universidad nunca ha sido un lugar de delincuencia”.