Y es que ellos, junto a otros cuantos de 'treinta y pocos' años, cumplían los roles que en otras campañas requerían del triple de las cabezas. Llamaban, avisaban, programaban, contestaban, organizaban y escribían con una velocidad que dejaba a los paquidérmicos equipos de los 'partidos tradicionales' con la lengua afuera. Verdaderos productos sin merma.
Así, entre la charla cómplice de los tres, el ruido de la impresora y la revisión intercalada de facturas comerciales y memos políticos, comenzó la charla con el hombre que tras una original campaña, se llevó el 5% del electorado.
-¿ Cuáles eran sus expectativas al inicio de la campaña?
Yo siempre supe que era una contienda muy difícil. Era ir contra la corriente, pues, como se dice en buen castellano, era una pelea "de tigre con burro amarrado". Me enfrenté con un ex presidente, un candidato oficialista y el representante del partido más grande del país que corría por segunda vez. Mi estrategia fue hacer un campaña distinta, basada en adecentar este país.
¿El resultado final superó sus expectativas o fue más modesto que ellas?
Lógicamente yo hubiese querido sacar más votos, pero me sentí satisfecho porque el partido Cambio Democrático sacó más votos que el Partido Liberal y el Partido MOLIRENA juntos y más votos que el Partido Popular. Creo que hicimos un excelente trabajo, aunque siempre hay espacio para mejorar.
¿Cómo fue para usted el 3 de mayo?
¿Yo? Feliz y contento. Aquí no ha pasado nada. Es más, me hubiera gustado tomarme unos tragos pero la ley no me lo permitía...
¿Se siente un hombre distinto después de la campaña?
Sí. Aprendí muchas cosas que jamás me hubiera imaginado de Panamá. Alguien me decía que apenas ahora es que yo estaba descubriendo la pobreza, pero no se trata de eso. Roxana Méndez, que lleva 25 años en esto (la labor social), jamás se había dado cuenta del grado de pobreza y corrupción existentes. Yo jamás había entendido los niveles de despilfarro de los recursos estatales.
Aprendí que la política se hace el día que te postulan y el día de la elección. Vi cómo el PRD y cómo el gobierno utilizan una enorrrrrme [la pronunciación exagerada es del entrevistado] cantidad de plata para movilizar a su gente.
¿Los panameños votan a conciencia?
La gente no vota necesariamente por propuestas, vota en contra de alguien o vota por alguien que le pueda ganar a otro. Por otro lado, al pueblo panameño le gusta que los candidatos empiecen 'de abajo', que la 'tengan dura', que entiendan sus problemas, que caminen en sus zapatos. A los panameños no les gustan los candidatos conflictivos que se la pasan peleando. Les gusta una campaña de altura, pero no necesariamente de propuestas. Las únicas propuestas que hizo Martín Torrijos fueron más seguridad, más empleo y cero corrupción. Eso último, sí se lo vamos a recordar, porque cero es cero, no es un cerro de corrupción.
-¿ De dónde surgió la idea de los 'zapatos del pueblo'?
En una ocasión estabamos Enrique, Jimmy y yo en Chiriquí y un campesino nos dice "ustedes lo que tienen que hacer es ponerse en mis zapatos". En el momento no nos llamó la atención la frase, pero cuando fuimos a comer en la noche comentamos que el señor tenía toda la razón, pues los ciudadanos comunes sienten que los políticos estamos totalmente desvinculados de sus problemas.
Para ser presidente de este país, hay que sentir el dolor que sienten muchos y hacer una serie de oficios a los que se dedican día a día los panameños. Con esta idea desarrollamos la campaña.
¿Qué profesionales había detrás?
Muchos se imaginan que usamos gente rimbombante, pero los comerciales los hicieron unos panameños muy jóvenes -ninguno tenía más de 25 años-, que tienen una especie de microempresa y solo cuentan con una buena computadora. Los comerciales no se hicieron en ninguna publicitaria pomposa.
¿Es cierto que el eslogan de los zapatos del pueblo lo están utilizando en Puerto Rico?
No sé. [Papadimitriu interrumpe: "Sí es cierto, se me había olvidado decirte, Ricardo, Rosselló está usando nuestro slogan y el 'Sí se puede' de Martín"] ...ah entonces hay que patentarlo, puede ser un buen negocio (risas).
¿Qué tienen en común la política y los negocios?
Que uno tiene que saber entender al pueblo panameño para poder venderle lo que él quiere. Si en mi supermercado, yo comprara basado en mi gusto, estaría quebrado. Igual sucede en la política: si no estoy abierto a debatir mis ideas y a ser amplio, estoy perdido. También tienen en común que ambas funcionan en base al sentido común.
Usted hizo una campaña de propuestas y los frutos electorales fueron pobres. Esto debe ser frustrante. ¿Por qué vale la pena meterse en política?
Porque no podemos dejar la política en manos de los menos aptos, de los más incompetentes, de los más corruptos, de los más ineficientes. Yo invitaría a toda la gente decente a que participe en política, porque si no le van a dejar el camino libre a los indecentes.
¿Cuánto costó su campaña?
Esa cifra no te la voy a decir.
¿Por qué no? Endara me la dijo...
Ese número que te dio Endara no es cierto. La campaña me costó un par de millones.
¿Cuantos?
Un buen par.
¿Qué siente un empresario al saber que sacó el voto más costoso de la campaña (por la relación entre la inversión y la votación recibida)?
Siento que tengo que trabajar más duro la próxima vez para ser más eficiente. Pero el mío no fue el voto más costoso; el voto más costoso fue el del gobierno y lo peor es lo que pagamos todos nosotros. Lo otro: nadie sabe la cantidad de plata que gastó el PRD el último día para asegurar los votos. No para comprarlos, para asegurarlos.
¿Qué hará para mantenerse en la mente de los electores durante estos cinco años?
He hecho una fundación con recursos propios y te voy a enseñar cuánto he invertido en ella [saca un cheque y me lo enseña, pero aclara que la cifra es 'off the record'] para ayudar a los más necesitados de este país. Vamos a seguir trabajando sin tregua. No nos vamos a aparecer el día antes de las elecciones. Yo invito a Alberto Vallarino, a Juan Carlos Varela, a Juan Carlos Navarro y al Toro, a que empiecen a hacer política desde ya y a que hagamos una oposición constructiva
Usted ha mencionado a algunos posibles candidatos del 2009 y es evidente que varios tienen un perfil parecido al suyo al ser personas adineradas. ¿Qué hará para diferenciarse de ellos?
Ninguno de ellos camina en los zapatos del pueblo...
Por cierto, ¿qué zapatos tiene puestos?
(Martinelli sube la pierna encima del escritorio y me muestra sus zapatos marca Rockport). ¿Qué le parecen?
Bueno, no sé si son del pueblo, pero sí son buenos para los problemas de espalda.
¿Como piensa hacer frente a las presiones -de adentro y de afuera de su partido-, contrarias a su determinación de hacer oposición al futuro gobierno?
En mi partido el que quiera irse con el gobierno puede ir pensando en abandonar las toldas. En lo que respecta a Ricardo Martinelli, le reitero: no voy con el gobierno y voy a hacer una oposición constructiva. A mí me han llamado grupos de oposición, pero son los viejos carcamales de siempre, que lo único que quieren es aprovecharse de la situación. Lamento lo que ha ocurrido en el partido Solidaridad, pues algunos de sus legisladores han mencionado que se irán con el gobierno. Nosotros no estamos en eso.
¿Quien será el líder de la oposición?
Yo creo que ese es un puesto que se lo tiene que ganar alguien. Yo voy a aspirar a ese puesto, pero me lo tengo que ganar. No se lo ganará el que más hable, sino el que haga una oposición más constructiva.
¿Qué opina de la debacle arnulfista?
El pueblo panameño ha sabido pasarle una factura muy contundente al arnulfismo, a pesar de que José Miguel Alemán era un buen candidato.
Cada uno deberá hacer el recuento de sus responsabilidades.
¿La experiencia del arnulfismo lo convenció de la importancia de las primarias?
No la de ellos. Nuestra propia experiencia, me convenció. Vamos a hacer elecciones primarias para todos los puestos de elección popular, pues donde elegimos a los candidatos por este mecanismo, como en San Miguelito, nos fue muy bien. Desafortunadamente no comprendimos la importancia de las primarias a tiempo. Para la próxima oportunidad, será totalmente distinto. Otro gallo va a cantar.
¿Cuál será el aporte de los legisladores de Cambio Democrático en la Asamblea Legislativa?
Yo espero no tener jamás que utilizar el mecanismo de la revocatoria del mandato, pues yo quisiera que nuestros legisladores se identificaran con mi idea de hacer una oposición constructiva. Esperaría obviamente que trabajen y que cumplan todo lo que prometieron.
Usted ha reiterado que su decisión de meterse a la política es a largo plazo. ¿Correrá en el 2009, sin importar qué tan fuertes sean los contendientes?
Yo voy a correr en el 2009. Contendientes más fuertes que los que me tocaron en esta vuelta, no existen. Comparado con los candidatos que yo me enfrenté, los nombres que suenan para dentro de cinco años son como Mickey Mouse. Y es que para hacer política se requiere ser consistente, no se puede abandonar a la gente en la mitad del camino. El más consistente entre los candidatos que suenan para el 2009 es Juan Carlos Navarro.
Le digo que me tocaron candidatos fuertes, porque las posibilidades de victoria de Martín Torrijos eran sumamente claras. Dicho sea de paso, yo no acepté ser su vicepresidente.
¿Le ofrecieron la candidatura de vicepresidencia en la nómina de Martín Torrijos?
A mí me ofrecieron esa vicepresidencia en innumerables ocasiones. Si no la acepté, sabiendo que él iba a ser presidente, imagínese lo clara que es mi posición ahora. Yo hubiese podido estar con ellos y no quise; por ende, no lo voy a hacer ahora.
No lo hice en ese entonces, porque yo creo que la única forma de cambiar este país es desde la Presidencia de la República.
Los vicepresidentes no tienen ninguna influencia, son llantas de repuesto.
¿Cuáles son sus expectativas del futuro gobierno?
Yo espero que hagan un buen gobierno. Eso es lo que desea todo el pueblo panameño. A Martín Torrijos le han dado un mandato contundente. Tiene todas las condiciones para hacer un buen gobierno. Yo deseo que lo haga, porque esta es la última oportunidad que tienen los partidos tradicionales para hacer una buena labor gubernamental. Si no lo hacen, pobre Panamá.