El pasado miércoles, el Comité de Mercado Abierto de la Fed acordó reducir en 25 puntos básicos (BP’s) su tasa de interés de referencia. Con este ajuste se han acumulado tres reducciones en las tasas de referencia, ubicándolas en el rango de 4.25%-4.50%.
Esta decisión estuvo en línea con lo anticipado por el mercado, que, con una probabilidad de 95 %, proyectaba en ese rango las tasas de referencia. La sorpresa fue la declaración del presidente de la Fed, Jerome Powell, en el sentido de que para el 2025 se proyectan dos recortes de tasas de 25 BP’s cada uno y no las cuatro que se proyectaron en septiembre.
Este ajuste se basó en las recientes proyecciones para el 2025, en donde el crecimiento económico pasaría de 2.0% a 2.1%, el desempleo se reduciría de 4.4% a 4.3% y la inflación se incrementaría de 2.1% a 2.5%. Cabe destacar que algunos analistas consideran que, de ejecutarse políticas por parte de la nueva administración, como el aumento de aranceles y deportaciones masivas de inmigrantes ilegales, esto generaría más inflación.
Con esta proyección de un costo de dinero más caro de lo previsto, la reacción del mercado fue negativa. El precio de las acciones sufrió una de sus peores caídas. De esta manera, el S&P se redujo en 2.9%, el Dow 2.6% y el Nasdaq 3.6%. Mientras que, en el mercado de deuda, la caída en los precios de los bonos del tesoro norteamericano provocó un incremento de aproximadamente 10 BP’s en el rendimiento requerido a lo largo de la curva plana entre los plazos de un mes y 10 años, reflejando incertidumbre en relación a los niveles de tasas en los próximos meses.
Esta incertidumbre también se sustenta en la divergencia del comportamiento de la inflación, la cual ha cedido en las principales economías. Así, los bancos centrales han reducido sus tasas de referencia, tal es el caso del Banco Central Europeo. Con esta reducción, el euro experimentó una disminución de su valor frente al dólar norteamericano, igual reacción tuvieron otras monedas como el dólar canadiense y el australiano.
Este escenario base es mucho más favorable que el que se tenía un año atrás, en donde los rendimientos de los títulos del tesoro norteamericano a corto plazo superaban los de largo plazo, dando sustento a ciertos pronósticos de una potencial recesión.
Si bien es cierto que este escenario es favorable, para nuestra economía se le plantean retos, toda vez que el costo del dinero en Panamá no está correlacionado con las tasas de referencia de Estados Unidos, sino con los niveles de oferta monetaria. De allí que una baja en los niveles de oferta monetaria, producto de una disminución de las exportaciones de bienes y servicios derivado de un dólar fuerte y una reducción en la entrada de capitales originados por nuestros socios regionales debido a la disminución de los precios de materias primas, reducirían la oferta monetaria, encareciendo el costo del dinero.
El autor es financista.