Chiquita Brands International confirmó el inicio de labores preliminares en las fincas bananeras de Changuinola, provincia de Bocas del Toro, luego del cese de operaciones entre mayo y julio, tras una huelga de los trabajadores.
La empresa informó a La Prensa que ha comenzado trabajos de limpieza a través de un contratista, que ha contratado el personal necesario para esta tarea.
“El objetivo es atender con prioridad esta limpieza, considerada clave para las siguientes fases del proceso de regreso a la producción del banano”, indicó la compañía.
Añadió que “estos trabajos preventivos se realizan mientras se organiza el inicio de operaciones con las empresas de aparcerías agrícolas, previsto hacia finales de este mes”.
Más temprano, ayer jueves, el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, había señalado que, en la medida en que se evalúen las fincas y se realicen las labores de limpieza, se aspira a que en esta primera fase se creen unos 3,000 puestos de trabajo.
“Estamos muy contentos por eso. Yo diría que Chiquita ha comenzado a retomar operaciones”, expresó Moltó al salir de una exposición en la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede).
Precisó que las primeras operaciones incluyen también la fumigación de las plantaciones existentes y que harán una visita a Bocas del Toro para conversar este viernes con los productores de la zona.
“Comenzaron las labores con el mantenimiento de las fincas y de las plantas, incluyendo la fumigación. Considero que esto forma parte de la primera etapa, en la que se prometieron 3,000 empleos. Chiquita invertirá 30 millones de dólares en el país para reactivar y retomar las operaciones que se habían perdido, como todos sabemos, debido a un sindicato que no supo transmitir adecuadamente la información a sus trabajadores”.
Precisó el ministro que se creará una mesa técnica de trabajo con los ministerios de Comercio, Trabajo y Desarrollo Laboral, y Desarrollo Agropecuario, junto con la empresa, para atender la situación que se requiera con esta nueva etapa del reinicio de operaciones de Chiquita, que forma parte del acuerdo incluido en el Memorando de Entendimiento suscrito en Brasil entre el Gobierno panameño y la empresa.

En cuanto al modelo laboral de la aparcería, en el que la empresa sigue siendo la dueña o concesionaria de las fincas bananeras y las da en arrendamiento para su explotación a los trabajadores bananeros, Moltó aseguró que se trata de una figura completamente legal y amparada bajo la legislación laboral local.
“Es un modelo legal, contemplado en nuestra legislación. En el memorándum de entendimiento nos propusimos como meta crear una mesa de trabajo integrada por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, el Ministerio de Comercio y el Ministerio de Trabajo, junto con la empresa, para coordinar y establecer todo lo necesario en relación con este tema. Todas las normas y regímenes laborales serán respetados. Ningún trabajador perderá su seguro social ni ninguno de sus derechos”, aseguró Moltó.

El presidente de Chiquita, Carlos López Flores, dijo el pasado 30 de agosto que con el memorando se marcará una nueva etapa con otro modelo de operación.
“Vamos a reiniciar labores en el país bajo un modelo nuevo de operación, que es más sostenible, moderno y eficiente, generando empleos dignos y contribuyendo al desarrollo económico y social del país y de la provincia”, afirmó.
El nuevo modelo, al que llamaron una figura de tercerización con asociaciones de productores, busca reorganizar la administración de las fincas que, aunque siguen bajo la concesión de Chiquita, se apoyará en la gestión de nuevos operadores, quienes proveerán el producto que luego se exportará.
Antes de que cesaran las operaciones de Chiquita el pasado mes de junio, la empresa tenía bajo su administración la mayoría de las 26 fincas en Bocas del Toro. Específicamente, 21 de estas fincas estaban incluidas en el contrato de concesión de Chiquita y cinco subarrendadas a productores locales, a quienes se les compraba la cosecha.