Chiquita Panamá e Ilara Holding informaron la tarde de este jueves 22 de mayo que, “lamentablemente”, tras el abandono injustificado de labores en sus fincas bananeras en Changuinola desde el pasado 28 de abril, han procedido con la terminación laboral de todos los trabajadores diarios.
Esto implica que cerca de 5,000 obreros se quedarán sin empleo en la provincia de Bocas del Toro, de acuerdo con los contratos que maneja la multinacional con operaciones en Panamá. Se trata de todos los obreros que trabajan en el proceso productivo de las fincas bananeras.
A través de un comunicado, indicaron que los trabajadores que se encuentren en esta situación deberán presentarse a partir del viernes 23 de mayo en la Oficina de Empalme, en horario de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., para hacer efectivo el retiro de su liquidación correspondiente.
La compañía comentó que, pese a múltiples solicitudes formales y reiteradas para que los trabajadores retomaran sus labores en las fincas, ya han transcurrido 24 días de abandono total.
Esta situación, advirtieron, ha generado pérdidas económicas que “superarán los 75 millones de dólares, además de ocasionar daños irreversibles en la producción bananera del país”.
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Los trabajadores agremiados en el Sindicato de Trabajadores del Banano (Sitraibana) protestan por las reformas a la Caja de Seguro Social (CSS), pero las autoridades han reconocido que el descontento es un cúmulo de inconformidades sociales.
La empresa había alertado de los daños a las frutas ante la falta de mantenimiento, fumigación y poda, trabajos que se realizan en la rutina diaria y que se abandonaron desde que inició la huelga.

Se desconoce aún cuál será el rumbo que tomará Chiquita Panamá tras completar el proceso de liquidación de sus trabajadores.
Se entiende que la empresa iniciará una serie de auditorías para evaluar el estado actual de las plantaciones, calcular el monto total de las pérdidas y determinar cuánto tiempo tomaría retomar la producción. Esto marcará su permanencia en el país.
Desde que iniciaron las protestas, la empresa había señalado que la crisis afectaría directamente a 6,000 trabajadores y a más de 24,000 empleos indirectos que genera la industria bananera, principal motor económico y fuente de empleo en la provincia de Bocas del Toro. Las cartas de despido que se entregarán a cerca de 5,000 obreros confirman ese anuncio.
Lo que está en juego va mucho más allá de la operación de una empresa: es la estabilidad de una región entera cuya economía —y, en muchos casos, cuya vida cotidiana— gira en torno al cultivo y exportación del banano.
Changuinola, corazón bananero de Bocas del Toro, vive entre la incertidumbre y el desgaste.
Las tensiones laborales entre Chiquita y sus trabajadores no son nuevas: reclamos por mejores condiciones se han acumulado con el tiempo, mientras el tejido social del distrito se debilita lentamente, golpeado por la falta de oportunidades y la sensación persistente de abandono.

En Bocas del Toro, apenas el 36 % de los habitantes tiene un diploma o un título, comparado con el 54.3 % del promedio nacional.
Esto significa que el 64 % de los bocatoreños no ha completado el bachillerato, lo que les dificulta dedicarse a otras actividades más allá de las que ofrece el campo, con un 73% de población indígena.