Economía

Un monopolio emergente de las telecomunicaciones en Panamá

En 2020, en el mercado panameño habían 5.7 millones de números celulares activos. Archivo

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una acepción del término monopolio es: “situación de mercado en que la oferta de un producto se reduce a un solo vendedor”.

Las tendencias más recientes en el mercado regional de las telecomunicaciones parecen sugerir que estamos muy cerca de esta situación en Panamá. Veamos por qué esta afirmación tiene fundamento.

En 1996 se privatizó el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (INTEL), que era el monopolio estatal de telefonía fija y otros servicios. El INTEL fue adquirido por Cable & Wireless, un gigante británico de las telecomunicaciones.

La empresa resultante se denominó Cable & Wireless Panamá, una empresa mixta en la que la multinacional europea tenía 49% del capital accionario, el Estado panameño otro 49%, y un fideicomiso a favor de los trabajadores de dicha empresa con un 2% de las acciones.

En paralelo a la telefonía fija Cable & Wireless Panamá, con la marca +Movil compró una concesión de telefonía celular. Otra concesión le fue vendida a la empresa BellSouth. Por otra parte, la empresa de capital panameño Cable Onda controlaba el mercado de la televisión por cable. Ese era el panorama de las telecomunicaciones en Panamá hasta hace pocos años.

Las compras

El 16 de mayo de 2016 los servicios de noticias económicas informaron que el gigante europeo de telecomunicaciones Liberty Global compró a la británica CW por 7.4 mil millones de dólares. Esto también incluía a Cable Wireless Panamá. A su vez Millicom, que usa la marca Tigo, compró en octubre de 2018 el 80% de las acciones de Cable Onda por 1,460 millones de dólares.

El 21 de febrero de 2019 se anunció que Millicom compró Movistar de Panamá, Costa Rica y Nicaragua por 1,650 millones de dólares. Movistar era la sucesora en Panamá de BellSouth. Millicom incorporó estos clientes a su marca Tigo. Aunque la empresa se zafó de la compra en Costa Rica, un tribunal federal de los Estados Unidos le ordenó indemnizar a Movistar por el incumplimiento.

En septiembre de 2021 se informó que Cable & Wireless Panamá (Liberty) compró a la rival Claro, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim por 200 millones de dólares. La única otra rival que quedaba en telefonía celular Digicel, alegó que no podía competir en el mercado panameño y su concesión fue licitada infructuosamente en el año 2023, por lo que Digicel desapareció y sus clientes tuvieron hasta el 20 de abril de 2024 para buscar a un nuevo proveedor. Es decir Cable & Wireless Panamá o Tigo. Las dos empresas compiten en telefonía celular, Internet, televisión por cable y telefonía fija principalmente.

La fusión

El 1 de agosto de 2024 se anunció en Costa Rica que Liberty y Millicom están fusionando sus operaciones en dicho país a razón de 86% para Liberty, y 14% para Millicom. El anuncio de esta unión empresarial significa que en la práctica ambos conglomerados hacen negocios juntos, para lo cual necesitan intercambiar información y ponerse de acuerdo en los asuntos que son de su interés mutuo.

Sería una verdadera proeza de la ética e integridad empresarial que estas dos empresas se pongan de acuerdo en Costa Rica, pero que cruzando Paso Canoas sean rivales combativas entre sí, generando el mayor valor posible para los consumidores panameños y manteniendo los precios más bajos en el mercado de las telecomunicaciones del país.

Es cierto que Panamá con sus 4.2 millones de habitantes es una arena comercial muy pequeña para atraer mucha competencia en materia de telecomunicaciones. Esta es la industria más avanzada del mundo, la que requiere grandes economías de escala y por ende mucho capital. Sin embargo, esto no quiere decir que no pueda haber competencia.

Para esto, tanto la Autoridad de los Servicios Públicos como la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia tienen que tomar un mayor liderazgo. Sería muy sano que el Estado vendiera el 49% de las acciones de Cable & Wireless Panamá que todavía tiene para que deje de ser socio y se convierta en un verdadero regulador y promotor de la competencia.

La calidad del servicio del agua potable en Panamá es muy deficiente, los servicios de recolección de basura tienen enormes carencias. Como es público y notorio, multimillonarias multas se han impuesto a las empresas distribuidoras del sector eléctrico, cuyos servicios son una tragedia. Ahora, para colmo tenemos los elementos que permiten deducir que los servicios de telecomunicaciones enfrentan un alto riesgo. El tiempo de actuar ya llegó.