Brasil logró reducir en un 75% los casos de dengue y en un 83% las muertes asociadas a la enfermedad en apenas tres meses de 2025, gracias a la incorporación de la vacuna Qdenga (TAK-003), desarrollada por la farmacéutica japonesa Takeda y estudiada en Panamá, a su sistema público de salud hace menos de dos años.
No obstante, en Panamá no existe la posibilidad de que esta vacuna sea introducida en el esquema de vacunación del Ministerio de Salud (Minsa), ya que no representa una solución definitiva para el problema del dengue.
Así lo confirmó el ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, quien explicó que el dengue plantea un desafío más complejo. Más que una vacuna, se trata de una enfermedad con cuatro tipos diferentes de virus; además, la vacuna solo produce una inmunidad temporal, tras la cual el paciente puede volver a enfermar.
Boyd Galindo fue enfático al señalar que la clave para reducir los contagios está en la prevención, particularmente en la eliminación de criaderos de mosquitos, que suelen proliferar en aguas estancadas dentro y fuera de los hogares. La única forma en que vamos a evitar o disminuir los casos de dengue es si cada uno se involucra. Hay que revisar los patios, los de los vecinos, las calles, y ver cómo podemos eliminar estos criaderos, subrayó.
A pesar del avance científico en la producción de vacunas, el ministro recordó que no existe una solución mágica que garantice la erradicación del virus. Por ello, llamó a la ciudadanía a asumir un rol activo en las labores de prevención.
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Las autoridades de salud continúan realizando campañas de fumigación, educación comunitaria y monitoreo en zonas de alto riesgo, pero recalcan que la colaboración de la población es esencial para frenar la propagación del dengue en el país.
Según el informe del departamento de Epidemiología del Minsa, hasta la semana epidemiológica 32 (del 3 al 9 de agosto de 2025) se han registrado 9,791 casos acumulados de dengue en todo el país y 15 defunciones asociadas a la enfermedad.

Las declaraciones del ministro de Salud se dieron durante la inauguración del Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos , ubicado en Clayton, dentro de la Ciudad del Saber.
Una estrategia pionera
El país suramericano se convirtió en el primer país del mundo en ofrecer Qdenga de manera gratuita a través de su red pública de salud. La campaña inicial se enfocó en niños y adolescentes de 10 a 14 años, un grupo altamente vulnerable a hospitalizaciones por dengue.
En su primer año, el Ministerio de Salud de Brasil distribuyó más de 750,000 dosis en 521 municipios con alta incidencia de transmisión y predominio del serotipo 2 del virus.
La vacuna, de dos dosis con un intervalo de tres meses, demostró en ensayos clínicos una eficacia del 83.6% para prevenir hospitalizaciones y del 62% para evitar infecciones sintomáticas, independientemente de la exposición previa al virus. Estos datos llevaron a las autoridades a priorizar la inmunización como un complemento indispensable al control del mosquito Aedes aegypti.

Los beneficios comenzaron a sentirse rápidamente. A comienzos de 2024, Brasil enfrentaba un repunte con más de 120,000 casos confirmados en apenas tres semanas, lo que obligó a declarar emergencias sanitarias en varios estados. Tras la implementación del plan de vacunación, la curva epidemiológica mostró un cambio radical.
Según cifras oficiales de Brasil, a marzo de 2025 se habían aplicado cerca de 2,2 millones de primeras dosis y más de 930,000 segundas dosis, alcanzando a más de 1,900 municipios.
La reducción de casos graves y muertes ha sido atribuida no solo a la vacuna, sino también a la coordinación entre los gobiernos locales y federal, junto con la movilización comunitaria.



