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Puerto Barú en Chiriquí: ¿desarrollo económico o amenaza para los manglares?

El proyecto del Puerto Barú en Chiriquí genera controversia por los posibles impactos ambientales en los manglares y arrecifes coralinos, mientras el gobierno asegura que se implementarán estrictas medidas de protección. La empresa promotora defiende la viabilidad del proyecto, respaldada por estudios técnicos y consultas con diversas instituciones.

Manglar El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, aseguró que la obra solo podrá llevarse a cabo bajo estrictas medidas de protección ambiental. Cortesía

El debate sobre la construcción del Puerto Barú en David, la provincia de Chiriquí, un proyecto de gran envergadura para la región, continúa generando preocupación y expectativas. Tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia, a través de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo y Laboral, de no admitir la solicitud de suspensión provisional de los efectos de la Resolución N.º DEIA-IA-0003-2024 del Ministerio de Ambiente (Miambiente), que aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Puerto Barú.

En medio de esta situación, el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, aseguró que la obra solo podrá llevarse a cabo bajo estrictas medidas de protección ambiental. Esta postura es clave en un proyecto que, a pesar de haber sido aprobado en la administración anterior, está siendo evaluado cuidadosamente debido a los posibles impactos en un ecosistema vulnerable, como los manglares y los arrecifes coralinos de la zona.

“Sabemos que es un proyecto importante para Chiriquí, el cual fue aprobado en la administración anterior, y que por su naturaleza solo podrá llevarse adelante siempre y cuando cumpla con estrictas medidas ambientales”, afirmó Navarro. Además, destacó que estas normativas serán definidas en colaboración con la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), las autoridades locales y la empresa que desarrolla el proyecto.

Navarro enfatizó la necesidad de analizar en conjunto y a profundidad todos los aspectos del proyecto, incluyendo el dragado y el tráfico marítimo en el estrecho canal que conduce al puerto. También subrayó su preocupación por la preparación necesaria para evitar posibles derrames de combustible y por el desarrollo de una amplia capacidad de respuesta ante cualquier contaminación en un ecosistema tan frágil como el manglar.

Manglares El EIA categoría III para el proyecto Puerto Barú fue aprobado por Miambiente en enero de 2024.

El EIA que fue aprobado por el Miambiente implica que se proyecta un dragado de 11 metros de profundidad para posteriormente construir un canal de 31 kilómetros de longitud, lo suficientemente amplio para la navegación de barcos destinados al trasiego de mercancías, hidrocarburos y personas dentro de un área protegida que alberga el 25% de los manglares del país.

La resolución del Miambiente, firmada por el entonces ministro Milciades Concepción el 16 de enero de 2024, aprobó el EIA categoría III para el proyecto Puerto Barú, con todas las medidas contempladas en el referido estudio.

Una terrible decisión

Para Joana Ábrego, gerente legal del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) y apoderada de las organizaciones demandantes, la Corte Suprema ha tomado una terrible decisión para los manglares de David. Según Ábrego, suspender provisionalmente el Estudio de Impacto Ambiental habría garantizado la protección precautoria de estos ecosistemas mientras la Corte determinaba la legalidad de la aprobación del EIA. “Esto era particularmente necesario porque la resolución que aprobó el EIA no cumple con uno de los contenidos básicos establecidos por la regulación aplicable: la ponderación de la autoridad de los resultados de la consulta pública”, dijo.

Ábrego añadió que “la buena noticia es que esta es solo una decisión accesoria. La Corte aún tiene la oportunidad de proteger estos ecosistemas si admite y sustancia rápidamente la demanda interpuesta hace ya cuatro meses, antes de que se emitan varios permisos necesarios para la construcción del puerto”.

Detalló que más de 50 organizaciones se han unido para exigir la protección de los manglares de David: “Expertos independientes han confirmado los potenciales impactos del proyecto. Seguiremos alzando nuestra voz para conservar el patrimonio natural de las futuras generaciones”.

Por su parte, el Puerto Barú informó a La Prensa que los EsIA no son definitivos. Lo que no se puede modificar es lo que se acordó en la resolución de aprobación. Sin embargo, durante el seguimiento de las tareas de implementación, es posible incorporar medidas adicionales e investigaciones complementarias, entre otras acciones, siempre bajo la supervisión y aprobación de Miambiente. Estas acciones se consideran necesarias para asegurar la mejor integración entre el proyecto y el entorno. Además, se está trabajando en la creación de las condiciones adecuadas, tanto en infraestructuras como en capacidades humanas, para cumplir con este compromiso de la mejor manera.

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Detalles de consultoría

El EIA de Puerto Barú, según el informe elaborado por la consultora internacional Lynker para grupos ambientales en Panamá, no detalla correctamente los efectos que el dragado necesario para la construcción del puerto tendrá sobre los manglares y otros ecosistemas cercanos. A pesar de que los promotores del proyecto han afirmado que los manglares no serán afectados, el informe científico concluye que el dragado de las aguas para permitir el paso de grandes embarcaciones afectará gravemente los ecosistemas de la región.

Durante el dragado, los sedimentos finos quedarán suspendidos en el agua, lo que podría asfixiar las raíces de los manglares y dañar las plántulas. Además, el aumento de la salinidad del agua en el estuario podría interrumpir los ciclos de vida de diversas especies marinas, mientras que los sedimentos depositados en el lecho marino afectarán los arrecifes coralinos del Parque Nacional Golfo de Chiriquí, de gran importancia ecológica y turística.

“Este informe demuestra que el Puerto Barú no debe construirse en esta ubicación, donde se encuentra uno de los bosques de manglares más valiosos de Centroamérica. Necesitamos desarrollo, pero no a costa de nuestro medio ambiente y biodiversidad”, destacó Guido Berguido, biólogo y director de Adopta Bosque.

Además, el EIA no evaluó de manera adecuada los impactos que el puerto tendría en las áreas protegidas. “Estamos trabajando para que se reubique el puerto y así proteger los manglares para las generaciones futuras”, aseveró.

El análisis de la consultora Lynker concluye que se aplicaron técnicas inadecuadas en el EIA para modelación de dispersión de sedimentos e hidrodinámica, utilizadas para evaluar el destino y transporte de estos sedimentos. Estos hallazgos ponen en duda las conclusiones del EIA sobre el impacto mínimo del dragado en los manglares y áreas protegidas cercanas. Como referencia el documento cita, un reciente proyecto de dragado en Miami, Florida, Estados Unidos, resultó en la muerte de 80 veces más arrecifes coralinos de lo esperado.

Mapa

La posición de la empresa

El Puerto Barú informó que les gustaría ver y analizar el estudio realizado por la consultora con los detalles técnicos sobre el proyecto, las pruebas realizadas en campo y la metodología utilizada para llegar a esas conclusiones.

“Para la realización de nuestro EIA categoría III, empleamos más de tres años en investigaciones de campo y pruebas, tomando incluso en cuenta los cambios estacionales anuales de la dinámica ambiental, lo cual está detallado en el documento público. Luego, pasó por el examen de la Dirección Regional del Ministerio de Ambiente en Chiriquí, la Dirección Forestal, la Dirección de Costas y Mares, la Dirección de Seguridad Hídrica, la Dirección de Política Ambiental, la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad, la Dirección de Información Ambiental, la Dirección de Cambio Climático y las Unidades Ambientales Sectoriales. Finalmente, fue sometido a dos rondas de ampliación en Miambiente”.

Otras 13 instituciones públicas, incluidas académicas, también valoraron este documento y emitieron su pronunciamiento, tal como lo manda la ley para esta categoría de estudio ambiental.

“Hay, pues, una justificación debidamente argumentada en criterios científicos y en reglamentos internacionales. Somos conscientes, por supuesto, de las dificultades y retos presentes en el proyecto, pero no hay desarrollo sin retos, y los estamos afrontando responsablemente con la debida aplicación de las ciencias, la tecnología e innovación, y el apoyo de las comunidades y de múltiples instituciones académicas nacionales e internacionales. Puerto Barú en David ha sido concebido para trabajar con la naturaleza y no contra la naturaleza, trabajar con el manglar y no contra el manglar, porque es nuestro principal escudo protector del puerto. Además de cumplir con las medidas de mitigación a las que nos comprometemos en el estudio”, comunicó la promotora a este medio.