Los datos del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) revelan que los casos acumulados de dengue registrados en el país durante 2025 muestran una disminución significativa en comparación con el año anterior.
Hasta la semana epidemiológica 42, correspondiente al periodo del 12 al 18 de octubre de 2025, se han contabilizado un total de 13,536 casos de dengue, cifra considerablemente menor que la registrada en el mismo período de 2024, cuando se reportaron 24,697 casos, es decir, 11,161 casos menos en lo que va de este año.
Asimismo, el número de defunciones asociadas al dengue también ha disminuido. Durante el mismo periodo del año pasado se habían registrado 46 fallecimientos, mientras que en 2025 la cifra se redujo a 22 muertes.
Panamá enfrentó en 2023 cifras alarmantes de dengue, con 16,211 casos y 17 muertes, lo que representó el mayor registro en al menos 20 años, según el informe de Epidemiología del Minsa. Sin embargo, en 2024 la situación empeoró drásticamente, ya que el año finalizó con 32,077 casos y 52 muertes, un dato considerado histórico.

Actualmente, la situación es especialmente crítica en las zonas densamente pobladas. La región Metropolitana encabeza los reportes con 4,158 casos, seguida por San Miguelito, con 2,404, y Panamá Oeste, con 1,449. Regiones como Panamá Norte, Chiriquí y Bocas del Toro también presentan cifras elevadas, con 1,267, 813 y 745 casos, respectivamente.
Del total de casos, 11,997 pacientes presentan dengue sin signos de alarma, mientras que 1,446 desarrollaron complicaciones y 93 han sido clasificados como dengue grave, lo que mantiene en alerta a las autoridades de salud.
El dengue, una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, se manifiesta de manera abrupta tras un período de incubación que varía entre cinco y siete días. La enfermedad atraviesa tres fases distintivas: febril, crítica y convaleciente.
En la fase febril, la fiebre suele ser el primer síntoma notable, acompañada de dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares, articulares y óseos, además de erupciones cutáneas y manifestaciones hemorrágicas menores. Esta etapa puede durar varios días y requiere monitoreo constante debido a la posible aparición de complicaciones.
La fase crítica es particularmente peligrosa y requiere atención médica inmediata. Los signos de alarma incluyen vómitos persistentes, dolor abdominal severo, sangrado, dificultad para respirar, hipotensión postural, agrandamiento del hígado y aumento progresivo del hematocrito, indicativo de hemoconcentración. Las manifestaciones hemorrágicas pueden incluir petequias, equimosis, púrpura, epistaxis, sangrado de encías y hematuria, o un resultado positivo en la prueba del torniquete.
Finalmente, la fase convaleciente marca el inicio de la recuperación, pero también requiere vigilancia médica cuidadosa para prevenir recaídas o complicaciones.
A pesar de la reducción de casos y fallecimientos en 2025, las autoridades de salud mantienen la vigilancia activa, especialmente en las zonas más afectadas, y recuerdan a la población la importancia de eliminar criaderos de mosquitos y acudir de inmediato a los centros de salud ante cualquier síntoma. La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para controlar el dengue y evitar complicaciones graves.



