destacado

El finquero boqueteño, el volcán y la ampliación del Canal de Panamá

El sector empresarial conformó un grupo de apoyo a favor del sí, integrado por connotados abogados, economistas, ingenieros, banqueros y políticos. Su coordinador me invitó a participar.

CANAL DE PANAMÁ Esclusas de Cocolí que forma parte del Canal ampliado. Foto: Alexander Arosemena (ALEXANDER AROSEMENA)

En octubre de 2006 se acercaba el referéndum en que los panameños votarían a favor o en contra de la ampliación del canal. Como la aprobación no era segura el sector empresarial conformó un grupo de apoyo a favor del sí conformado por connotados abogados, economistas, ingenieros, banqueros y políticos. Cao Cordero, su coordinador, me invitó a participar por estudios previos que en mi andar antropológico había realizado en la cuenca del canal.

Por cosas del destino en 1980, a solicitud del ingeniero Irving Diaz, director del Instituto de Recursos Naturales Renovales, había estudiado el impacto de la rápida deforestación por la agricultura de roza y quema y la ganadería extensiva en esta región, fuente del agua para las operaciones del canal y las potabilizadoras de la región metropolitana Panamá y Colón. La corriente El Niño de 1983-84 trajo devastadora sequía y calores. El Canal se vio obligado a reducir el calado de las naves y en los manglares de Panamá Viejo se incendió el vertedero de basura llenando el aire de la capital de humo tóxico.

En el Palacio de las Garzas, se convocó a una reunión de emergencia con diversos expertos. Al final de la reunión, conversaba con los doctores Abdiel Adames, Rector de la Universidad de Panamá y Rodrigo Tarte, director del IDIAP, acerca de cuáles estudios deberían hacerse y quién debería encargarse de ello. De forma casual me dicen “Stanley, como tú tienes tanta experiencia en la Cuenca del Canal, encárgate de eso”. Así quedé coordinando, desde el Ministerio de Planificación, el equipo que de cerca trabajó con la Universidad Tecnológica de Panamá, que llevaron al cierre del vertedero de basura en Panamá Viejo y la apertura del nuevo relleno sanitario en Cerro Patacón. Luego, junto con el Dr. Jaime Espinoza Gonzales, toxicólogo, encargado del Grupo de Trabajo sobre la Cuenca del Canal de Panamá. Vital fue el apoyo que nos brindó el coronel Leónidas Macias, jefe de la Policía Ecológica. Entre 1995 y 2000, desde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, había dirigido el Proyecto de Monitoreo de los Recursos Naturales de la Cuenca del Canal.

Incorporado al equipo a favor del referendo, asistí a numerosas conversaciones en televisoras y radioemisoras y entrevistas con periodistas nacionales y extranjeros, y a dar charlas a grupos profesionales y cívicos. Mi primera charla fue en Ciudad del Saber, Clayton, ante un auditorio abarrotado con dirigentes sindicales. Temí que por su militancia rechazaron lo que tenía que decirles. No fue así, preguntaron mucho y me dieron un gran aplauso.

Momento en que la Junta de Escrutinio dio ganador al Sí, el 25 de octubre de 2006.   Archivo
Referéndum Sí a la ampliación del Canal Panama 25, de Octubre del 2006,BF,ESCRUTINIO Proclamacion del Triumfo del SI en el referendum de la Ampliacion del Canal de Panama. La Prensa/Bernardino Freire.

Vívidos recuerdos de mi primera presentación en el Interior. Fue en la escuela secundaria de Boquete, pueblo cafetalero al pie del Volcán Barú que sufría de sequía y frecuentes temblores. Temiendo que el tema del volcán saliese a relucir le solicité al Dr. Carlos Jaramillo, paleo geólogo del STRI, me preparase lo que en la secundaria llamábamos una batería. En una hoja de papel me confeccionó, en letra muy menuda, un resumen de los millones de años de historia de la vida de este volcán.

El 12 de mayo volé a David. Miembros de la Fundación Cultural Gallegos me llevaron hasta el colegio. El estacionamiento estaba lleno de camioncitos y pickups de trabajo, mostrando en sus vagones sillas de montar, garrafones de leche y aparejos agrícolas.

El gimnasio estaba abarrotado. A poniente veía por las ventanas la mole del inmenso volcán. Justo en el momento iba a iniciar mi presentación noté al fondo del gimnasio un agricultor con su cara y manos tostadas por el sol, sombrero chiricano, pantalón de dril azul, gruesa camisa de algodón a cuadros, quien tímidamente levantó su mano varias veces, como deseoso de preguntar, para volver a bajarlas como pero no se atrevía ante tanto público.

Le indiqué a la directora del plantel que respondería a la pregunta del agricultor y el resto al final de mi conversación. Apuntando con su mano hacia El Volcán me dijo “Bueno doctor, yo sé que usted ha venido a hablar del canal, pero aquí estamos preocupados por ése que está allí, El Volcán, ¿está vivo o muerto? Le dije que me alegraba su pregunta y que traía información científica actualizada y con gesto dramático saqué la batería que tenía doblada en el bolsillo de la camisa y leí acerca de los millones de años de Vida de El Volcán. Al final de mi conversación, para mi sorpresa, varios me felicitaron por ser tan buen geólogo.

Entre otros recuerdos del referéndum, fue el Consejo de Gabinete con el presidente Martín Torrijos, el 22 de junio, donde un reducido grupo de expertos independientes, desde nuestras disciplinas, hablamos de los efectos del proyecto. La Casa Amarilla estaba de bote en bote, con ministros, viceministros, jefes de instituciones invitados especiales. Primero en hablar sobre los temas sociales y morales fue el obispo de Colón Monseñor Ariz; le siguió Rolando Murgas, sobre los aspectos laborales, luego me tocó exponer las implicaciones ambientales del proyecto, seguido por el rector de la UTP, Salvador Rodriguez y una brillante exposición el economista Guillermo Chapman. El gabinete quedó entusiasmado. El sábado 24 de ese mes, el proyecto fue enviado a la Asamblea Nacional.