La construcción del edificio del nuevo Instituto Oncológico Nacional (ION), que se ubicará en el complejo de Ciudad de la Salud, se realizará mediante una adenda contractual con la empresa que edificó ese proyecto hospitalario. Se trata de Constructora Riga Services S.A., que ejecutará la obra por un monto superior a los 95 millones de dólares.
Según Alex González, presidente del Patronato del Instituto Oncológico Nacional y asesor del Ministerio de Salud (Minsa), la decisión de construir por medio de una adenda busca acelerar la ampliación de los servicios oncológicos y reducir el hacinamiento que enfrentan actualmente los pacientes con cáncer.
El proyecto contempla la edificación de una torre de nueve niveles que permitirá trasladar cerca del 80% de los servicios que hoy operan en la sede actual del ION, ubicada en Ancón, según explicó González.
Solo el pasado 3 de diciembre las autoridades de Salud anunciaron la ejecución de esta obra, “un proyecto que forma parte del proceso de integración contemplado en el convenio Minsa–CSS y busca optimizar el uso de los servicios disponibles en la Ciudad de la Salud, fortaleciendo la calidad de la atención brindada a los pacientes”.

Un edificio clave para aliviar el hacinamiento
De acuerdo con González, la decisión responde a una realidad crítica: el Instituto Oncológico Nacional, con más de 85 años de funcionamiento, se ha quedado pequeño frente al crecimiento sostenido de los casos de cáncer en el país. Las áreas de quimioterapia y consulta externa son las más afectadas, con altos niveles de saturación.

En 2024, un total de 5,290 personas fueron atendidas en primer ingreso en la Consulta Externa del ION. Por provincias, Panamá encabezó la lista con 2,156 pacientes, seguida de Panamá Oeste con 854 y Chiriquí con 629. Del total de pacientes, el 71% eran asegurados, mientras que el 29% eran no asegurados.
Aunque el Gobierno evaluó inicialmente la posibilidad de trasladar el oncológico al edificio Cancerología ya existente en Ciudad de la Salud, una inspección técnica determinó que esa estructura solo contaba con áreas de radioterapia, algunos consultorios y un bloque de hospitalización de tres niveles, insuficiente para albergar todos los servicios del ION.
No obstante, desde abril de 2025 comenzó a operar allí el servicio de radiooncología, duplicando la cantidad de aceleradores lineales —de tres a seis— y reduciendo los tiempos de espera de hasta cinco meses a menos de 30 días.
¿Por qué una adenda y no una nueva licitación?
González detalló que el Estado optó por una adenda al contrato vigente de Ciudad de la Salud, administrado por la Caja de Seguro Social (CSS), tras evaluar los antecedentes fallidos de licitaciones anteriores para construir un nuevo oncológico.
“Hubo al menos cuatro intentos en gobiernos pasados que no prosperaron. Eran proyectos con precios de referencia superiores a los 400 millones de dólares, que terminaron anulados por impugnaciones y retrasos”, explicó.
Frente a la urgencia sanitaria y al hacinamiento que enfrentan los pacientes, la CSS evaluó que la adenda representaba un mecanismo legal, más rápido y costo-efectivo, al permitir que la misma empresa constructora de Ciudad de la Salud ampliara el complejo sin iniciar un proceso de licitación que podría extenderse por años.
La propuesta fue trabajada conjuntamente por la CSS y el ION, incluyendo el diseño del nuevo edificio, y posteriormente aprobada por el Patronato del ION y la Junta Directiva de la CSS, lo que habilitó el uso de los fondos y la orden de proceder.
Según la página web de Constructora Riga Services, detalla que ha construido cerca de 15 proyectos hospitalarios, en su mayoría con la CSS, siendo el de mayor impacto Ciudad de la Salud, por un monto de 523.7 millones de dólares, además de otros tipos de obras, como complejos deportivos, estadios, centros de salud, mercados y escuelas, entre otros proyectos.

Características del nuevo edificio
La nueva torre se construirá junto al actual hospital cancerológico y contará con nueve niveles que albergarán, entre otros servicios, áreas administrativas y de registros médicos, farmacia oncológica y laboratorio clínico, banco de sangre y alrededor de 100 consultorios, el doble de los que existen actualmente.
Además, incluirá servicios especializados como hematología, oncología, cuidados paliativos, psicología, ginecología, cirugía, urología y medicina física, así como áreas de docencia, enfermería y dirección general.
Se estima que la obra esté lista en un plazo de dos a dos años y medio, lo que permitiría una mudanza progresiva de los servicios más congestionados.

Gremios es desacuerdo
Para Fernando Castañeda, secretario de Defensa de la directiva de la Asociación de Médicos, Odontólogos y Afines de la Caja de Seguro Social (Amoacss), “las decisiones que distintos gobiernos han adoptado en torno al ION y a la Ciudad de la Salud han estado marcadas por incoherencias en materia de política de salud, adendas poco transparentes y una planificación deficiente”.
Un ejemplo de ello es la expropiación de edificios pertenecientes a la Ciudad de la Salud —propiedad de los asegurados— para trasladar parcialmente al ION, aun cuando era evidente la imposibilidad de replicar allí su funcionamiento integral, denunció el dirigente médico.

Ante esta decisión de aprobar la adenda, Castañeda considera que lo adecuado habría sido invertir en la remodelación progresiva de las áreas que podían desocuparse, apoyándose en el complejo oncológico de la CSS y logrando, a menor costo, la modernización del ION. Sin embargo, “se ha optado por impulsar obras faraónicas, acompañadas de constantes adendas que desde su inicio han estado rodeadas de indicios de corrupción”.
La prioridad del sistema de salud debería ser evitar muertes y secuelas prevenibles de cáncer, sin despojar a los asegurados de sus recursos. Esto solo es posible mediante una provisión oportuna y adecuada de insumos quirúrgicos, así como de herramientas diagnósticas esenciales —como tomografías y resonancias— que permitan un diagnóstico temprano, un tratamiento quirúrgico oportuno y la máxima recuperación posible del paciente. No obstante, en este aspecto no se observan avances significativos.
El dirigente de Amoacss destacó que “todo indica que la inversión se está concentrando en lo más costoso: el tratamiento del cáncer en etapas avanzadas, en lugar de priorizar la prevención y el diagnóstico precoz. No existe una coordinación efectiva de un Programa Nacional de Cáncer, y la impresión general es que el objetivo principal es la construcción de edificios, aun cuando la capacidad diagnóstica sigue siendo insuficiente. Pareciera, incluso, que el sistema estuviera diseñado para que la enfermedad llegue en fases avanzadas”.
Ante este escenario, Castañeda se cuestiona: ¿qué ocurrió con las unidades oncológicas previstas para cada hospital del país? ¿Por qué, al diseñarse la adenda del complejo oncológico, no se incluyeron quirófanos? Todo parece responder a un esquema deliberado de proyectos inconclusos, permanentemente a medias y sujetos a nuevas adendas.

