La Asamblea Nacional cerró este jueves 30 de octubre su periodo ordinario de sesiones en un ambiente que no escapó a la polémica. Desde el podio, el diputado panameñista Jorge Herrera, presidente del Legislativo, intentó equilibrar la balanza entre los reclamos y la necesidad de mostrar resultados.
Habló de diálogo, de transparencia y de trabajo.
“Hay que insistir en que lo que quiere la población es transparencia, cero corrupción, trabajar con honestidad”, dijo, en una frase que resumió la contradicción del momento: un llamado a la transparencia en un órgano del Estado que minutos antes fue criticada por frenar los proyectos anticorrupción impulsados por el procurador Luis Carlos Gómez Rudy.

Herrera apostó por el tono conciliador. “Nos propusimos ser un puente, no un muro”, aseguró, en un intento de presentar su gestión como una etapa de “diálogo” y “encuentro”. Enumeró 40 leyes aprobadas, desde la de interés preferencial hasta la creación del Banco de Alimentos, y reivindicó la labor de las comisiones.
Sin embargo, ninguna de las normas mencionadas toca el fondo del malestar ciudadano: la falta de rendición de cuentas y el exceso de privilegios dentro del propio Palacio Justo Arosemena.
Prometió que en enero abrirá el debate sobre los cambios al reglamento interno, con la posibilidad de eliminar privilegios a los propios diputados. “No tengo miedo a discutir nada”, aseguró.
A continuación cinco datos del cierre de sesiones:
40 leyes aprobadas Herrera destacó una cifra “sin precedentes”, aunque la mayoría son de gestión administrativa o sectorial.
Proyectos anticorrupción sin debate: La Comisión de Gobierno, presidida por Luis Eduardo Camacho, archivó dos propuestas anticorrupción del procurador Luis Carlos Gómez Rudy, tema que generó el desencuentro del día.
Promesa de reforma interna: El presidente del Legislativo anunció que en enero se discutirá la reforma al reglamento interno de la Asamblea, un compromiso que otros mandatarios legislativos han incumplido.
Defensa de los funcionarios: Herrera pidió “respeto para el personal que sí trabaja” y defendió el recurso humano del Legislativo.
Cierre sin autocrítica: Pese a las alusiones a la transparencia, el discurso evitó referirse a los cuestionamientos por la planilla legislativa o por la falta de avances en fiscalización.



