El triunfo de Zohran Mandani en las elecciones para alcalde de Nueva York se daba por descontado. Lo que sí sorprendió fue que un candidato con su biografía lograra derrotar a la dinastía política de los Cuomo en las primarias del estado.
El padre de Andrew, Mario Cuomo, fue gobernador de Nueva York, ganando tres elecciones consecutivas entre 1983 y 1994. El propio Andrew Cuomo, miembro del Partido Demócrata, también ocupó ese cargo entre 2011 y 2021, hasta que se vio obligado a renunciar tras acusaciones de conducta sexual inapropiada.
En cambio, Zohran Mandani nació en Kampala, Uganda, hijo de un matrimonio musulmán chií de ascendencia indostana. Sus padres emigraron a Estados Unidos cuando él tenía entre cinco y siete años. Tuvo una niñez y adolescencia privilegiadas. Se graduó en Estudios Africanos en el Bowdoin College, en Maine.
Constante defensor de la causa palestina, fundó en su universidad la Asociación de Estudiantes para la Justicia en Palestina. De línea radical —aunque hoy lo niegue—, fue un acérrimo proponente del boicot a todo lo israelí. Su única experiencia política es haber sido representante del Distrito 36 en la Asamblea del Estado de Nueva York, que comprende Astoria y Long Island City, en Queens, desde 2020. Su héroe y modelo político es Fiorello La Guardia, alcalde de Nueva York de 1936 a 1946.
Atribuyo el triunfo de Mandani a tres factores fundamentales:
1. El factor económico
Las estadísticas de febrero de 2025 señalan que la ciudad de Nueva York tiene un 25% de nivel de pobreza; es decir, uno de cada cuatro habitantes no gana lo suficiente para pagar vivienda y alimentación decentes. Si se es afroamericano, latino o asiático, los índices de pobreza se duplican en comparación con los de la población blanca.
Frente a esto, Mandani promete buses gratuitos, mercados de comestibles subsidiados y administrados por la ciudad, congelar los alquileres de viviendas populares y establecer un salario mínimo de 30 dólares por hora para 2030. ¿Quién pagará todo esto? Mandani propone aumentar los impuestos a las compañías, corporaciones e individuos que ganen más de un millón de dólares al año.
Cabe recordar que Nueva York es la ciudad con más multimillonarios del mundo: 123, y como estado, 135, solo superado por California.
2. El voto contra Trump
El segundo factor fue un voto de rechazo a Donald Trump y a sus políticas antiinmigratorias y altamente conservadoras. Llama la atención que en las elecciones de 2024, Trump obtuvo el 43.31% de los votos en Nueva York, una cifra alta para un estado tradicionalmente demócrata. Las imágenes desgarradoras de familias separadas, redadas brutales en las que esposaban a inmigrantes irregulares y vuelos de deportación masiva han tenido un costo político evidente.
3. El uso del antisemitismo como arma política
Por último, el antisemitismo se utilizó como herramienta electoral, especialmente ante la situación en Gaza. Es ingenuo pensar que un prejuicio fermentado por dos milenios desaparecería tras el Holocausto. Eso sí, cambió de forma: ya no se dirige directamente contra el judío, sino contra el sionismo.
Este texto no busca defender a Israel —aunque, como judío, lo hago—, sino señalar que la postura de Mandani como paladín de la causa palestina le sumó votos. Sin embargo, Mandani obtuvo el 43% del voto judío en Nueva York y el 67% del voto de los menores de 44 años.
¿Podrá Mandani contar con los medios para ejecutar su plan de gobierno? Como él mismo dijo: “La poesía de la campaña política se traslada a la prosa de gobernar.”
Para Max Yglesias, de Bloomberg, la elección de Mandani no revertirá en grandes cambios. Como él afirma: “No hay un modelo demócrata o republicano para recoger la basura”.
Está por verse.
El autor es internacionalista.



