¿Cómo se puede “racionalizar” el hecho de que un “dictadorzuelo”, sentado en el solio presidencial por la decisión política de un expresidente de la República fugitivo de la Ley, haya puesto en estampida al sindicato nacional más poderoso y combativo de los últimos 52 años: el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs)?
Ha sido posible como consecuencia de la grave crisis de legitimidad y legalidad política por la que atraviesa la democracia liberal (gobiernos de la plutocracia corrupta y clientelar) de los últimos 35 años, la cual ha tenido que violentar las propias “reglas del juego democrático” (libertad de reunión, de expresión, de asociación, derechos humanos y “judicializar” las protestas democráticas) para sostener un régimen político fallido.
Ahora bien, el sindicalismo de las últimas décadas está obligado a examinar la crisis de modo autocrítico, porque gran parte del desmadre popular es responsabilidad del burocratismo sindical y de la “aristocracia obrera” que no ha preparado los destacamentos obreros para la lucha, no solo en el terreno reivindicatorio, sino también en la lucha política de la clase obrera.
¿Qué han hecho con la “cuota sindical” en materia de la educación sindical clasista y para elevar la cultura política de los trabajadores?
La clase obrera viene luchando desde mediados del siglo XIX como resultado del expansionismo imperialista norteamericano con la construcción del ferrocarril en 1850, el intento francés de 1880 de edificar el Canal y desde la construcción del Canal de Panamá por los estadounidenses en 1904.
Durante la República, las primeras organizaciones obreras fueron de carácter mutualista y asistencialista. En las obras de construcción del Canal norteamericano, se crearon grupos como la “Colour Progressive Association” (1907), la “West Indian Protective League” (1910) y el “Panama Canal Metal Trades Council” (1914).
En Panamá, surgieron organizaciones como la “Sociedad de Auxilios Mutuos” (1905), el “Centro de Obreros Independientes” (1911) y la “Federación Obrera de la República de Panamá” (FORP) (1921). Previamente, en 1920, se había constituido el Comité Central Ejecutivo (CCE) de la FORP, presidido por el dirigente anarcosindicalista español José María Blázquez de Pedro, fundador de la fracción sindical “El Grupo Comunista”, que propagó las ideas clasistas en el movimiento obrero a través del periódico El Obrero.
Fue esta organización sindical la que encabezó la primera huelga política obrera, por la rebaja de los alquileres, conocida por la historiografía panameña como “la Lucha Inquilinaria de 1925”, derrotada por la intervención imperialista, institucionalizada por la oligarquía fundadora de la República en el nefasto artículo 136 de la Constitución Política de la República de 1904.
¡Así de sencilla es la cosa!
El autor es abogado y analista político.

